El robo millonario en Guaymallén que deja más dudas que certezas

    Un hombre denunció el robo de una caja fuerte con 70.000 dólares y joyas en un barrio privado de Guaymallén. No hubo daños, se negó a que actuara la Policía Científica y su relato presentó contradicciones. La investigación avanza entre el misterio y las sospechas.

    Provinciales02/05/2025 Expreso Mendoza

    El robo millonario que sacude a un exclusivo barrio privado de Guaymallén sigue envuelto en un halo de misterio. Un hombre de 64 años denunció el miércoles por la noche que, al regresar a su vivienda en el barrio La Bajada, descubrió que delincuentes se habían llevado una caja fuerte con una fortuna en su interior. La cifra inicial que brindó a la Policía fue de 7 millones de pesos, pero luego se corrigió: lo que había desaparecido eran dólares. Exactamente, 70.000 billetes de cien.

    La magnitud del hecho no solo radica en el monto sustraído, sino en las extrañas circunstancias que rodean el caso. No hubo puertas forzadas ni ventanas rotas. La casa, según el propio dueño, no tenía medidas de seguridad especiales. Y lo más desconcertante: se negó a que la Policía Científica ingresara al domicilio para hacer peritajes, con el argumento de que él ya había tocado todo y, por lo tanto, no tenía sentido continuar con los procedimientos forenses.

    Los investigadores intentan reconstruir qué ocurrió en esa vivienda ubicada en una de las zonas más cotizadas del departamento. Mientras analizan las grabaciones de las cámaras de seguridad del barrio, también buscan pistas a partir del testimonio del personal de vigilancia y del entorno del denunciante. La principal hipótesis apunta a un robo planeado con datos precisos, posiblemente con complicidad interna.

    Este tipo de delitos, con un patrón similar, ya tiene antecedentes en la zona. En diciembre pasado, otro hecho similar tuvo como escenario el barrio Club de Campo, también en Guaymallén. Allí, los ladrones se llevaron una caja fuerte con dinero y joyas, y al huir balearon a un vecino que intentó frenarlos.

    Estos episodios empiezan a dejar una marca de inseguridad en barrios cerrados que, hasta hace poco, se vendían como sinónimo de tranquilidad y protección. Hoy, sus propios residentes comienzan a dudar de la verdadera eficacia de la vigilancia privada y del hermetismo con el que se manejan estas comunidades.

    Mientras tanto, la fiscalía especializada en robos y hurtos mantiene bajo reserva los avances de la causa, aunque trascendió que aún no hay sospechosos identificados. El hermetismo de la víctima tampoco ayuda: no solo contaminó la escena del crimen, sino que su relato ha tenido algunas inconsistencias.

    Lo cierto es que el robo de los 70.000 dólares en La Bajada no es un caso más. Abre interrogantes sobre el papel de las urbanizaciones cerradas frente al delito, el manejo del dinero en efectivo y la reticencia, a veces inexplicable, de algunas víctimas para colaborar con la Justicia. El tiempo dirá si este caso se resuelve o pasa a engrosar la lista de enigmas sin respuesta.

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