Tragedia en el Chile con dos muertos y partido suspendido en la Copa Libertadores

    Una noche que debía ser de fútbol y celebración terminó en horror en Santiago de Chile. Dos jóvenes hinchas murieron en los alrededores del estadio Monumental antes del duelo entre Colo Colo y Fortaleza por la Copa Libertadores. El partido fue suspendido tras una invasión al campo de juego, en medio de un clima de caos, violencia y profunda indignación.

    Deportes11/04/2025 Expreso Mendoza

    Lo que debía ser una noche de fiesta futbolera en Santiago de Chile terminó en una tragedia desgarradora que sacudió a todo el continente. El partido entre Colo Colo y Fortaleza, por la fase de grupos de la Copa Libertadores, fue suspendido luego de graves incidentes que dejaron como saldo dos jóvenes muertos, varios heridos, detenidos, y escenas de violencia que empañaron por completo el evento.

    Desde temprano se vivía un clima enrarecido en los alrededores del estadio Monumental. Ya en la previa, cientos de hinchas de Colo Colo protagonizaron tumultos intentando ingresar sin entrada, lo que generó una avalancha humana en una de las rejas de acceso. En medio del caos, dos jóvenes —de 13 y 18 años— fueron aplastados contra una de las vallas metálicas y, según algunos testigos, posteriormente atropellados por un vehículo policial. Murieron en el lugar, ante la desesperación de sus familiares y la impotencia del resto de los fanáticos.

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    Pese a los incidentes, el partido comenzó como si nada. El fútbol siguió su curso, mientras afuera la tragedia ya se había desatado. Pero poco antes de los 30 minutos del segundo tiempo, la situación explotó dentro del estadio: un grupo de hinchas locales, ya informados de las muertes, rompió uno de los acrílicos de seguridad e invadió el campo en señal de protesta. Gritos, corridas, insultos a los carabineros y la rápida retirada de los jugadores visitantes a los vestuarios terminaron por sellar la suspensión del encuentro. Los futbolistas de Colo Colo intentaron contener a sus propios seguidores, pero ya era tarde. La noche estaba completamente desbordada.

    Afueras del estadio, los enfrentamientos entre carabineros y fanáticos se extendieron durante horas. El Monumental se convirtió en un campo de batalla, y las redes sociales empezaron a llenarse de videos, gritos y desesperación. La noticia de los dos fallecidos no tardó en viralizarse y generó un repudio unánime dentro y fuera de Chile.

    La Confederación Sudamericana de Fútbol emitió un escueto comunicado lamentando lo sucedido, expresando condolencias a las familias de las víctimas y asegurando que tomará medidas. El problema, sin embargo, parece mucho más profundo que una simple sanción disciplinaria.

    “No puede ser que vengan con su entrada en mano, con carnet, y les pase esto. No se estaban colando. Los carabineros les echaron la culpa a ellos, como si por su culpa los atropellaran”, dijo entre lágrimas la hermana de una de las víctimas. “Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias. Necesito ayuda legal. Esto no va a quedar así. Hay una familia destruida”.

    Lo que pasó en Santiago no fue un accidente aislado ni un episodio de descontrol puntual. Fue el resultado de años de negligencia, de un sistema de seguridad que no funciona y de un fútbol cada vez más alejado del hincha común. Hoy hay dos jóvenes muertos que fueron a ver un partido y no volvieron. Y esa herida, aunque se juegue el partido mañana, aunque se emitan más comunicados, no se cierra fácil.

    Una tragedia más en el fútbol sudamericano. Una de esas que no deberían repetirse jamás. Pero que, tristemente, siguen ocurriendo.

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