El triste adiós de Elizabeth Ogaz, la mujer detrás del viral "se hace la vístima"

    Elizabeth Ogaz Orrego, quien se hizo famosa en 2019 por un error al pronunciar "vístima" en lugar de "víctima", falleció este lunes a los 61 años. La mujer, residente de La Calera, Chile, enfrentaba complicaciones de salud derivadas de la diabetes, que incluyeron la amputación de una pierna y una septicemia fatal.

    14/04/2025 Expreso Mendoza

    La madrugada de este lunes se llevó consigo a Elizabeth Ogaz Orrego, una mujer sencilla de La Calera, Chile, que se volvió involuntariamente conocida en toda Latinoamérica por un error al hablar. Tenía 61 años y murió tras enfrentar un largo y doloroso deterioro de salud agravado por la diabetes, una amputación y una infección que derivó en septicemia. Su hija, María José, confirmó la noticia con profunda tristeza.

    Elizabeth saltó a la fama en 2019 cuando, durante una entrevista televisiva, pronunció mal la palabra “víctima” y dijo “vístima”. Aquel pequeño tropiezo lingüístico se viralizó en redes sociales con una velocidad tremenda, convirtiéndola en un meme recurrente. La frase dio la vuelta al continente. Se hicieron remeras, canciones y hasta comerciales. Pero, mientras en Internet la gente se reía, Elizabeth sufría.

    Lo que parecía un momento gracioso para muchos, para ella se convirtió en una pesadilla. Fue víctima de bullying, acoso y burlas constantes. Su salud mental y física se resintieron, su autoestima se desplomó, y su diabetes se agravó. Ella misma lo contó con dolor en varias entrevistas: “Me duelen las cosas que me dicen. Mi autoestima bajó mucho y mi salud también. Yo no le hago mal a nadie”.

    La viralización de su rostro y su voz fue tan potente que algunas marcas aprovecharon su imagen, y con el tiempo ella intentó subirse al tren de esa fama. Participó en eventos, grabó un comercial para una empresa de telecomunicaciones y hasta apareció en fiestas temáticas. Pero también vivió situaciones durísimas, como un robo en 2019 en el que perdió todo el dinero que había ganado en una fonda que llevaba, irónicamente, el nombre “No te hagai la vístima”.

    Elizabeth nunca buscó ser famosa. Su rostro se convirtió en parte de la cultura digital casi por accidente, pero muy pocos se detuvieron a pensar cómo esa fama la afectó en la vida real. No era un personaje, no era un chiste: era una mujer real, con una familia, con problemas de salud, con angustias. Y aunque algunos gestos solidarios llegaron en su momento —como tratamientos dentales gratuitos para mejorar su salud bucal, otra de las razones de su mal pronunciamiento—, la viralización ya había hecho su daño.

    Este lunes, mientras en redes algunos recuerdan su frase con nostalgia o ironía, su familia despide a una madre, una mujer fuerte que soportó más de lo que le tocaba. Su historia queda como un recordatorio brutal de lo que puede pasar cuando la burla supera a la empatía. Elizabeth Ogaz no fue solo un meme. Fue una mujer que, sin quererlo, terminó expuesta en un escenario feroz. Hoy, el mundo digital que se rió de ella debería, al menos, tomarse un momento para recordarla con respeto.

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