El futuro de la matriz productiva en Mendoza: ¿Estamos listos para el cambio?

    Mendoza se encuentra en una encrucijada histórica. La necesidad de diversificar su economía y la apertura al desarrollo minero presentan una oportunidad única. ¿Podrá la provincia aprovechar esta ventana de crecimiento o seguirá atada a modelos agotados?

    Provinciales10/02/2025 Expreso Mendoza
    Matriz productiva de Mendoza
    Gentileza Unidiversidad

    Históricamente, Mendoza ha sido un bastión del agro y el turismo, con la vitivinicultura como estandarte de su economía. Sin embargo, los cambios en el contexto global y la necesidad de dinamizar la matriz productiva ponen sobre la mesa una discusión ineludible: la minería y su papel en el desarrollo provincial. En un país donde las barreras estatales han impedido durante años la libertad de mercado y la explotación de recursos, la posibilidad de abrir Mendoza al desarrollo minero representa una oportunidad de crecimiento y diversificación sin precedentes. 

    Un modelo agotado 

    El modelo económico mendocino ha dependido tradicionalmente de la agricultura, una actividad noble pero atada a los vaivenes climáticos, los costos logísticos y las restricciones impuestas por regulaciones que desincentivan la inversión privada. La falta de competitividad en los mercados internacionales y la constante intervención estatal han obstaculizado el crecimiento de sectores clave, dejando a la provincia en una situación de estancamiento económico. 

    Mientras tanto, provincias vecinas como San Juan han logrado capitalizar sus recursos naturales mediante una política más abierta a la inversión minera, atrayendo capitales internacionales y generando empleo de calidad. Mendoza, en cambio, ha mantenido una postura restrictiva, limitando su desarrollo a un puñado de industrias que, si bien históricamente exitosas, han demostrado no ser suficientes para sostener un crecimiento sostenido. 

    La minería como motor de desarrollo 

    La explotación minera no solo tiene el potencial de diversificar la economía mendocina, sino también de inyectar inversiones millonarias y generar empleo de alta calificación. Sectores como la producción de litio, el cobre y otros minerales estratégicos son clave en la transición energética mundial y colocan a Mendoza en una posición privilegiada para aprovechar esta demanda. 

    Las críticas a la minería, generalmente fundamentadas en premisas ambientalistas malinterpretadas o en intereses corporativos que buscan mantener el statu quo, han generado un bloqueo irracional al desarrollo del sector. Sin embargo, la experiencia internacional demuestra que la minería puede convivir con el desarrollo sostenible cuando se aplican regulaciones claras y se fomenta la inversión en tecnología para reducir el impacto ambiental. 

    Un cambio de paradigma 

    La visión del actual Gobierno Nacional, liderado por Javier Milei, plantea un enfoque radicalmente distinto: reducir la intervención estatal, eliminar trabas burocráticas y permitir que el mercado decida dónde invertir y en qué sectores expandirse. Mendoza no puede quedar rezagada en este nuevo contexto. Apostar por la minería bajo un esquema de libre comercio permitiría que el capital fluya hacia donde realmente puede generar valor, sin que regulaciones arbitrarias frenen el desarrollo. 

    Es momento de que Mendoza abandone el miedo al progreso y abrace las oportunidades que la minería puede ofrecer. Con reglas claras y seguridad jurídica, la provincia tiene todo para convertirse en un polo de inversión global, generando empleo, infraestructura y crecimiento sostenido. La pregunta no es si Mendoza debe cambiar su matriz productiva, sino cuánto tiempo más puede darse el lujo de retrasarlo. 

    ¿Qué opinas? ¿Es la minería el camino correcto para el crecimiento de Mendoza? 

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