¡El día que Mendoza tembló! El devastador sismo de 1985 que marcó a la provincia

    El 26 de enero de 1985, Mendoza vivió uno de los momentos más angustiantes de su historia. Un fuerte terremoto sacudió la provincia, generando pánico, daños estructurales y una profunda incertidumbre en la población. Con una magnitud de 6,3 en la escala de Richter y epicentro en la localidad de Villa Atuel, San Rafael, el sismo dejó su huella imborrable en la memoria de los mendocinos. Así fueron aquellas horas críticas.

    Provinciales23/02/2025 Expreso Mendoza
    Terremoto 1985
    Terremoto 1985

    La Mendoza de 1985 y el inesperado temblor Para mediados de los ‘80, Mendoza contaba con aproximadamente 1.300.000 habitantes. Era una provincia en constante crecimiento, con una economía basada en la vitivinicultura y el turismo, pero también con una preocupación latente: la amenaza sísmica. Aquel 26 de enero, la tierra volvió a recordar el frágil equilibrio en el que vive la región.

    El temblor se sintió con fuerza en la capital y sus alrededores, pero su epicentro estuvo en Villa Atuel, en el departamento de San Rafael. A las 12:05 del mediodía, un ruido sordo precedió el violento sacudón que dejó sin aliento a miles de mendocinos. Edificios y casas se estremecieron, mientras muchas estructuras antiguas colapsaban.

    Los minutos posteriores fueron de absoluto caos. Sin internet ni celulares, la comunicación se volvió casi imposible. La radio se convirtió en la principal fuente de información, con periodistas que intentaban reconstruir lo sucedido en medio de la confusión. Las líneas telefónicas colapsaron y la incertidumbre se apoderó de la población, que no sabía si el temblor mayor había pasado o si vendrían réplicas más intensas.

    Terremoto 1985 Mendoza

    Los hospitales se llenaron de personas con crisis nerviosas, heridas por objetos caídos y algunos derrumbes menores. Bomberos, policía y equipos de rescate recorrieron la provincia para evaluar daños y atender emergencias. Mientras tanto, miles de familias salieron a la calle por miedo a que sus casas colapsaran ante una posible réplica.

    Consecuencias y enseñanzas

    A pesar de la magnitud del sismo, Mendoza no vivió una tragedia como la de 1861, cuando un terremoto destruyó la ciudad y causó miles de muertes. La implementación de normativas de construcción antisísmica desde mediados del siglo XX ayudó a evitar un desastre mayor. Sin embargo, el evento de 1985 dejó claro que la provincia debía seguir fortaleciendo su infraestructura y preparación para futuros sismos.

    Hoy, a casi cuatro décadas de aquel fatídico mediodía, los mendocinos siguen recordando ese temblor que paralizó la provincia. Una lección imborrable de la fuerza de la naturaleza y de la importancia de estar siempre preparados.

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