Escándalo en Valladolid con jugadores a las piñas en el banco de suplentes

En medio de una temporada para el olvido, el Real Valladolid vivió este fin de semana una escena insólita que dejó a todo el fútbol español perplejo. Durante la dura derrota 3-0 ante el Getafe, dos jugadores del equipo pucelano protagonizaron una pelea en el banco de suplentes que rozó la agresión física y dejó en evidencia la tensión interna que se respira en el vestuario.

El episodio se desató en el minuto 66 del encuentro, con el marcador en contra y un jugador menos tras la expulsión de Mario Martín. Juanmi Latasa y Luis Pérez, visiblemente alterados, comenzaron una discusión que fue escalando hasta que Pérez, fuera de sí, intentó golpear a su compañero. La situación no pasó a mayores gracias a la rápida intervención del suizo Eray Cömert, quien contuvo a Pérez justo antes del golpe. Acto seguido, el lateral derecho abandonó el banco y se marchó directamente al vestuario.

Las cámaras captaron el momento exacto y las imágenes recorrieron rápidamente las redes sociales, generando una ola de críticas por el bochornoso comportamiento. El club no tardó en reaccionar: emitió un comunicado condenando lo ocurrido y anunció que se aplicarían sanciones internas conforme al reglamento disciplinario. Tanto Latasa como Pérez, por su parte, firmaron una carta conjunta en la que pidieron disculpas públicas y aceptaron las medidas impuestas.

Lejos de ser un hecho aislado, este nuevo altercado refleja el clima enrarecido que vive el conjunto dirigido por Álvaro Rubio. No es la primera vez que se habla de fricciones en el grupo. Ya en febrero, tras una goleada sufrida ante el Villarreal, trascendieron rumores de una acalorada discusión en el vestuario, aunque el club negó entonces que hubiese llegado a los golpes.

El presente futbolístico del Valladolid no ayuda. Con solo 16 puntos en la tabla y a 14 de la zona de salvación, el equipo se hunde en el fondo de LaLiga a falta de apenas ocho fechas para el cierre del torneo. La urgencia por sumar, el desgaste emocional y el peso del descenso que se avecina parecen haber explotado en forma de conflicto interno.

Los hinchas, mientras tanto, no disimula su hartazgo. Ya en noviembre, durante un partido ante el Atlético de Madrid, muchos hinchas protagonizaron una protesta silenciosa en las gradas como forma de expresar su desencanto con el rendimiento del equipo y con la conducción de la dirigencia.

En este clima de frustración generalizada, el club deberá hacer un trabajo a contrarreloj para reconstruir la armonía del plantel, encarar con dignidad el tramo final del campeonato y, sobre todo, preservar lo poco que queda de la identidad de un equipo que alguna vez soñó con otras cosas.