Godoy Cruz recupera los tres puntos y vuelve a jugar con su gente

Godoy Cruz necesitaba una señal. Algo que rompiera la inercia de las últimas semanas, en las que las noticias parecían llegar siempre con sabor amargo. Y esa señal, finalmente, llegó desde donde menos se espera en el fútbol: un escritorio. La AFA, después de meses de silencio y trámites estancados, dio marcha atrás con la sanción que había castigado al club mendocino con la quita de tres puntos y partidos a puertas cerradas. El fallo del Tribunal de Apelaciones no solo revierte un castigo que muchos consideraban exagerado, sino que también devuelve al Tomba la posibilidad de jugar con su gente. En definitiva, le devuelve aire, dignidad y pertenencia.

El origen de esta historia se remonta a aquel partido contra Talleres en el estadio Víctor Legrotaglie, cuando un proyectil lanzado desde la tribuna impactó a un juez de línea y el encuentro fue suspendido. La sanción cayó como un mazazo: multa económica, prohibición de público y tres puntos menos que pesaban como una piedra en la tabla. Godoy Cruz acató, pero nunca bajó los brazos. La dirigencia apeló, argumentó, y esperó el momento.

Ese momento llegó este martes, con una resolución firme: los tres puntos vuelven a la cuenta del Expreso, que ahora suma 13 unidades y se mete de nuevo en la conversación grande, entre los clasificados a los playoffs del Torneo Apertura. Pero hay algo todavía más importante: el club podrá volver a abrir las puertas de su casa. Y eso, en una plaza como Mendoza, donde el fútbol se respira con intensidad, vale tanto como un triunfo sobre la hora.

La noticia llega justo antes de un compromiso clave. Esta noche, el equipo enfrentará a Sportivo Luqueño por la Copa Sudamericana. Y aunque el partido será fuera de casa, la certeza de que en el próximo encuentro podrá volver a contar con su gente en las tribunas renueva los ánimos de todos. Es un envión anímico que no se mide en números, sino en símbolos.

La gestión institucional silenciosa y firme, esta vez, tuvo su recompensa. El club no solo recupera puntos: recupera sentido. Porque el fútbol, más allá de los goles y las tácticas, también se juega con la gente. Y el Tomba, por fin, podrá volver a abrazarse con la suya.