Lo que dejó Macri en Mendoza entre respaldos, ausencias y optimismo económico

    En una visita cargada de señales políticas, Mauricio Macri apoyó al joven líder del PRO mendocino Gabriel Pradines, evitó confrontar con Cornejo y dejó mensajes sugestivos para Hebe Casado y Omar De Marchi. Además, celebró el levantamiento del cepo cambiario y el acuerdo con el FMI como un hito clave para el rumbo económico del país.

    Provinciales12/04/2025 Expreso Mendoza

    Mauricio Macri volvió a pisar suelo mendocino en medio de un clima político tenso y con señales claras hacia adentro del PRO y también hacia el escenario nacional. En una provincia donde las internas del partido amarillo están al rojo vivo y la relación con los socios históricos de Juntos por el Cambio parece desdibujarse, el expresidente eligió mostrar apoyo a Gabriel Pradines, el joven dirigente que hoy encabeza el PRO local, y evitó cualquier confrontación directa con Alfredo Cornejo, aunque dejó entrever cierta distancia.

    "Vamos a respaldar lo que decidan Gabriel Pradines y su equipo; él despierta mucha confianza pese a su corta edad", dijo Macri sin vueltas durante su participación en un acto partidario en el hotel Hilton de la ciudad de Mendoza. La frase no fue casual ni improvisada: buscó marcar el terreno en una interna caliente, en la que el lujanino Pradines ganó peso en los últimos meses y ya se muestra como la figura de referencia del macrismo mendocino.

    Pero el respaldo a Pradines vino acompañado de ausencias que hablaron por sí solas. Ni Hebe Casado ni Omar De Marchi estuvieron presentes en el acto. La vicegobernadora, aún afiliada al PRO aunque con una relación cada vez más estrecha con La Libertad Avanza, había encabezado días antes una reunión con dirigentes departamentales de su sector para manifestar su descontento con la conducción partidaria y reclamar mayor participación. Macri la ninguneó: ni una mención en su paso por Mendoza.

    Tampoco estuvo De Marchi, histórico armador del PRO en la provincia y actual vicepresidente de Aerolíneas Argentinas, un cargo que ocupa como parte del gabinete de Javier Milei. Al ser consultado sobre una eventual candidatura del dirigente, Macri lanzó una frase en tono entre diplomático e irónico: "Hoy Omar está en una tarea muy importante y siempre va a encontrar trabajo". No hizo falta mucho más.

    El expresidente se mostró en Luján de Cuyo junto al intendente Esteban Allasino, participó de un acto institucional y luego se volcó de lleno al plano partidario. La parada en Mendoza coincidió, además, con un momento bisagra en la agenda económica nacional. Desde Buenos Aires, el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, anunciaba el fin del cepo cambiario y un acuerdo por 15.000 millones de dólares con el FMI, medida que Macri celebró sin medias tintas: “Es un gran día para Argentina, un paso adelante hacia la normalidad. Todos estábamos desesperados por sacarnos de encima el cepo. El cepo es un freno al crecimiento”.

    Macri elogió el papel de Caputo, su exministro de Finanzas y actual hombre fuerte de la economía de Milei. “Confiamos en Toto, es una persona muy valiosa. Estábamos muy angustiados por esta situación”, dijo, alineándose —al menos en el plano económico— con la gestión libertaria, pese a los chispazos que protagoniza cada tanto con el Presidente.

    En cuanto a la política internacional, Macri sorprendió al afirmar que, desde su perspectiva, China representa un socio más estratégico para Argentina que Estados Unidos. Lo justificó con un enfoque económico: "Estados Unidos produce el dinero, pero también compite con nosotros en los mismos productos. China, en cambio, necesita alimentos, y eso nos hace complementarios". Su postura marca una continuidad con su histórica visión aperturista y pragmática, aunque contrasta con la retórica actual del gobierno de Milei, que ha priorizado el vínculo con Washington y ha tomado distancia de Beijing.

    Lo cierto es que la visita del fundador del PRO a Mendoza dejó definiciones políticas importantes, movimientos de piezas dentro del tablero interno y un respaldo explícito a un nuevo liderazgo local. También mostró a un Macri que, aunque sin cargos ni candidatura a la vista, sigue operando en la cocina del poder y no duda en marcar la cancha en cada paso.

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