Independiente Rivadavia gana sin brillar y avanza en la Copa Argentina

En una tarde olvidable desde lo futbolístico, Independiente Rivadavia logró lo que fue a buscar: el pase a la siguiente ronda de la Copa Argentina. Lo hizo sin sobrarle nada, con un solitario gol de Alejo Osella que terminó siendo suficiente para superar 1-0 a Estudiantes de Caseros en el Estadio Juan Gilberto Funes de San Luis.

Fue un partido chato, con poco vuelo, cargado de errores y apurado en las decisiones. El campo de juego no ayudó, pero tampoco hubo demasiadas intenciones claras de jugar bien. Ambos equipos ofrecieron más imprecisiones que ideas y durante varios pasajes se hizo difícil seguir el hilo del encuentro sin caer en la distracción.

En ese contexto espeso, la diferencia la marcó una jugada aislada. Un error en la salida de Estudiantes, una presión alta bien ejecutada y un remate certero de Osella, que aprovechó la única situación limpia que tuvo y la mandó a guardar. A partir de ahí, el equipo mendocino se replegó con cierto orden y apostó a sostener la ventaja con uñas y dientes.

Estudiantes intentó, es cierto, pero siempre desde la desesperación más que desde la claridad. Tuvo algunas aproximaciones, especialmente sobre el final, pero nunca logró vulnerar el arco defendido por Marinelli. Le faltó juego, profundidad y sobre todo, precisión en los últimos metros.

Independiente tampoco hizo demasiado para liquidarlo. Se conformó con la ventaja, cerró espacios y dejó que el reloj hiciera el trabajo. No brilló, pero cumplió con el objetivo: avanzar a los 16avos de final, donde lo espera Platense, otro que llega con lo justo y sin sobrarle nada.

No fue un partido para recordar, ni mucho menos. Pero en esta clase de torneos, donde lo único que cuenta es seguir en carrera, ganar así también vale. La Lepra lo entendió y, aunque deberá mejorar mucho si sueña con llegar lejos, al menos se fue de San Luis con la clasificación en el bolsillo.