
Una gran cantidad de dotaciones de bomberos intervinieron en la escena. Afortunadamente, no se registraron personas heridas.
La estudiante de 20 años fue secuestrada y abusada durante siete horas en una casa de El Borbollón. Su temple y astucia fueron claves para sobrevivir: fingió empatía con su captor, generó diálogo y logró que la liberara. El agresor, que ya había sido denunciado por otros casos aberrantes, está detenido.
Provinciales17/04/2025 Expreso MendozaLa historia de la joven mendocina de 20 años parece sacada de una pesadilla, pero fue real. Ocurrió en Las Heras, una tarde cualquiera, cuando caminaba por una calle del barrio El Borbollón sin imaginar que estaba a punto de caer en la trampa de un desconocido. Un hombre la abordó con una excusa mínima —le pidió ayuda para cargar una caja— y ella, por reflejo, por amabilidad o por simple humanidad, accedió. No llegó a reaccionar: apenas terminó de colaborar, el tipo la tomó del brazo y la metió por la fuerza a su casa. Cerró con llave. Y ahí comenzó el infierno.
Dentro de esas paredes se vivieron siete horas de violencia, humillación y miedo. Intentó resistirse con uñas, fuerza y desesperación. Lo rasguñó, le arrancó pelos, pero él era más fuerte. La sujetó del cuello, la amenazó con un cuchillo, la tiró al piso. A pesar del pánico, algo en ella se activó: una necesidad casi animal de sobrevivir. Se obligó a mantenerse serena, a pensar. Y pensó rápido.
No fue solo violencia física. El hombre —Víctor Aníbal Rodríguez, de 50 años— la sometió sexualmente, y en una muestra de crueldad inhumana, le pegó los ojos con un adhesivo, diciéndole que solo con acetona podría volver a abrirlos. Ella no se resignó. Peleó contra el ardor, contra la ceguera, hasta que con esfuerzo logró despegar los párpados parcialmente y recuperar algo de visión. Tenía que ver. Tenía que escapar.
Entonces cambió de estrategia. Comenzó a hablarle. A decirle que era profesora universitaria, que su madre la esperaba, que era una persona que alguien iba a buscar. Inventó detalles, fingió interés, le preguntó por su vida. Todo era parte de un plan desesperado por humanizarse ante él. Intentó convencerlo de que no estaba sola, de que afuera alguien se iba a dar cuenta. Que si la dejaba ir, podía hacer como si nada hubiera pasado.
Y algo empezó a cambiar. Él se mostró inquieto, titubeante. Le ofreció comida —pan con morcilla y un vaso de jugo—, le puso una novela en la tele. Hablaban. Ella sentía que había una rendija, una posibilidad. En un momento, él le dijo que la dejaría ir al anochecer. No le creyó del todo, pero no le quedaba otra que seguir en su papel.
Alrededor de las 20.30, el hombre cumplió su palabra. La sacó de la casa, aunque no por la puerta principal: la llevó por un descampado detrás de la vivienda. Ella pensó lo peor. Pero no llevaba cuchillo, solo una campera y un paquete de cigarrillos. Caminaron hasta una cancha de fútbol, cerca de una calle principal. Ahí la soltó. Ella corrió. Como nunca en su vida. Se cruzó con un colectivo, el 665, y le rogó al chofer que la llevara. El hombre entendió todo sin preguntar. La llevó directo a casa de sus padres. Ahí terminó la pesadilla.
Ya a salvo, denunció todo. La policía fue por el atacante. Descubrieron que Rodríguez tenía antecedentes: estaba acusado de abusar de tres sobrinas, dos de ellas de apenas 6 y 7 años. Había una causa previa en curso. Nadie hizo nada a tiempo.
Ahora está imputado por múltiples delitos: rapto, abuso sexual agravado, uso de arma blanca. La investigación avanza, pero el daño ya está hecho. Una joven vivió siete horas atrapada en el espanto más oscuro que se pueda imaginar. Sobrevivió con una mezcla de inteligencia, templanza y un instinto feroz.
Ella sigue adelante. Está con asistencia psicológica y rodeada de quienes la aman. Su testimonio será clave para encarcelar a un abusador serial. Y mientras tanto, Mendoza entera intenta entender cómo un monstruo así podía vivir entre nosotros.
Una gran cantidad de dotaciones de bomberos intervinieron en la escena. Afortunadamente, no se registraron personas heridas.
A primera del jueves continuará el operativo, por lo que el tránsito será interrumpido en rutas 7 y 40.
La víctima, que fue embestida por una camioneta guiada por una mujer, fue trasladada al Hospital Central.
El gobernador le restó importancia a la afiliación del ministro nacional al partido de Javier Milei. De todos modos, dijo que lo prefiere “dentro de mi partido”.
Algunos de los huesos que aparecieron en El Nihul pertenecerían a un niño.
Un grupo de malvivientes se hizo de una escultura religiosa que estaba resguardada en un nicho del barrio Covitrasa.
Además, fueron secuestrados 45 vehículos por diferentes infracciones.
El gremio estatal volvió a insistir por un sueldo inicial de $1.300.00. Además, dejaron en claro que no aceptan la reforma laboral que propone el Ejecutivo provincial.
El mendocino, en una jugada similar a lo que hizo Patricia Bullrich horas atrás, buscaría un lugar en el Congreso para respaldar la gestión libertaria.
El gobernador mendocino, en sintonía con la gestión libertaria, celebró la postulación de la ex titular del PRO.
La máxima podría llegar a los 14 grados.
Las víctimas, que viajaban a bordo de una camioneta por Ruta 142, chocaron contra un árbol y murieron en el acto.
El sujeto llevaba oculta una pistola Bersa calibre 38. Fue imputado por tráfico de armas y contrabando.
Algunos de los huesos que aparecieron en El Nihul pertenecerían a un niño.
La víctima, que fue embestida por una camioneta guiada por una mujer, fue trasladada al Hospital Central.
Una gran cantidad de dotaciones de bomberos intervinieron en la escena. Afortunadamente, no se registraron personas heridas.
El ministro de Defensa también quedó pegado en la novela que terminó con la salida de Diego Spagnuolo, recientemente desvinculado de la Agencia de Discapacidad.