El Real Madrid desata un escándalo sin precedentes en la previa de la final de la Copa del Rey

    A horas del clásico decisivo ante Barcelona, el Real Madrid cuestionó duramente al árbitro designado, suspendió actividades oficiales y encendió una crisis que involucra a todo el arbitraje español. El partido sigue en pie, pero la tensión es máxima.

    Deportes25/04/2025 Expreso Mendoza

    Lo que debía ser una fiesta del fútbol español se convirtió, en menos de 24 horas, en un escándalo de dimensiones inéditas. Real Madrid y Barcelona están a punto de verse las caras en la final de la Copa del Rey, pero la previa se tiñó de tensión, acusaciones cruzadas y un clima general de guerra que ya no parece solo deportiva.

    Todo estalló cuando Real Madrid TV, el canal oficial del club blanco, difundió un informe demoledor contra el árbitro designado para el encuentro, Ricardo De Burgos Bengoetxea. En el video, se detallan estadísticas que, según la entidad madrileña, demuestran un sesgo sistemático a favor del Barcelona: el equipo catalán tiene un 81% de victorias con este juez, mientras que el Madrid solo alcanza el 64%. Además, el informe recuerda errores arbitrales recientes —como en el último clásico ante el Atlético— y subraya que los merengues apenas ganaron dos de sus últimos cinco partidos con De Burgos en cancha.

    La reacción no tardó en llegar. Lejos de esquivar el golpe, el árbitro decidió enfrentar las cámaras y dar una conferencia de prensa que terminó en una escena conmovedora. Con la voz entrecortada y los ojos húmedos, habló como padre antes que como juez: “Cuando un niño llega al colegio y le dicen que su padre es un ladrón, es muy jodido. Yo intento enseñarle que su padre es honrado, que hace lo que ama con pasión. Y cuando me retire, quiero que mi hijo esté orgulloso de mí”. Fue una confesión cruda, humana, que dejó al desnudo el nivel de presión que se vive dentro del arbitraje español.

    Pero el drama no terminó ahí. Pablo González Fuertes, quien estará a cargo del VAR durante el clásico, sumó más combustible al fuego. Afirmó que los árbitros están más unidos que nunca, pero también hartos. Y lanzó una amenaza que sacudió los cimientos de la federación: “Vamos a tomar medidas. Lo verán muy pronto. ¿Huelga? En breve tendrán noticias”.

    El Real Madrid, por su parte, redobló la apuesta. Suspendió el entrenamiento del día previo a la final y decidió no asistir a la conferencia de prensa obligatoria. Incluso se especuló con una posible no presentación al partido, lo que habría sido un hecho sin precedentes en el fútbol español moderno. En un comunicado, el club presidido por Florentino Pérez acusó a los árbitros de “manifiesta hostilidad” y repudió lo que consideró una amenaza abierta de parte del cuerpo arbitral.

    Las redes sociales no tardaron en hacer eco de la controversia. El periodista Jordi Évole ironizó sobre el “plante” del Madrid: “Florentino, ¿hacia dónde tiramos?”. Del otro lado, Hansi Flick, técnico del Barcelona, pidió respeto hacia los árbitros y lamentó el foco negativo en la previa de un encuentro tan esperado.

    Desde la RFEF, se ratificó la designación de De Burgos Bengoetxea, descartando cualquier posibilidad de cambio. Y aunque en las últimas horas el Real Madrid aclaró que nunca se planteó seriamente no jugar la final, el daño ya está hecho. El fútbol español atraviesa una crisis de confianza, donde los árbitros sienten que no pueden trabajar en paz y los clubes más poderosos consideran que el sistema los perjudica.

    La final entre Real Madrid y Barcelona se jugará, sí. Pero lo hará bajo un cielo cargado, con heridas abiertas y una atmósfera enrarecida. El fútbol, que debería ser pasión y alegría, esta vez se presenta como un campo de batalla donde las emociones están al borde del colapso.

    Te puede interesar
    Lo más visto