Un hincha de River llevó una cabeza de chancho para provocar a Boca en la previa del Superclásico

El Superclásico entre River Plate y Boca Juniors, disputado este domingo en el estadio Monumental, no solo estuvo marcado por la rivalidad deportiva entre ambos equipos, sino también por un insólito incidente en la previa del partido. Un hincha de River Plate fue demorado por la Policía de la Ciudad al intentar ingresar al estadio con una cabeza de chancho decorada con los colores de Boca Juniors, acompañada de una bengala encendida.

El hecho ocurrió alrededor de las tres de la tarde, cuando el hombre, de 21 años, fue interceptado en la esquina de Avenida del Libertador y Udaondo, una de las zonas más cercanas al acceso principal al Monumental. La cabeza de cerdo, incrustada en la punta de un caño de fierro, llamó rápidamente la atención de los efectivos policiales, que actuaron de manera preventiva. El hincha, al parecer, intentaba provocar a la parcialidad rival con el objeto, algo que es común en las disputas entre ambas hinchadas, aunque esta vez, las autoridades decidieron intervenir rápidamente para evitar posibles disturbios.

La Policía de la Ciudad secuestró el objeto y labró un acta por varias infracciones al Código Contravencional porteño, entre las que se incluyen la incitación al desorden, la provocación a la hinchada contraria y la portación de artefactos pirotécnicos no autorizados. El uso de bengalas, aunque habitual en algunos sectores de las hinchadas, está prohibido por los riesgos que implica tanto para la seguridad de los asistentes como para los propios jugadores. En este caso, además, se trató de una acción que claramente buscaba alterar el ambiente, algo que no es bien visto por las autoridades encargadas de velar por el orden público en los espectáculos deportivos.

El hincha, junto con otros que intentaron ingresar sin entradas, fue notificado por la policía, que también detuvo a otras personas por infracciones menores, como el intento de colarse sin el boleto correspondiente. Estos episodios, aunque no tan frecuentes, son parte de las medidas de control que las autoridades aplican cada vez que se juega un Superclásico, un partido que históricamente ha generado tensión tanto dentro como fuera de las canchas.

Este tipo de provocaciones no es nuevo en el folclore del fútbol argentino. A lo largo de los años, ambos clubes han protagonizado situaciones similares, en las que algunos de sus hinchas han cruzado ciertos límites al intentar generar disturbios o mostrar su desdén por la hinchada rival. En 2012, por ejemplo, un chancho inflable con los colores de Boca fue lanzado desde las tribunas del Monumental, lo que también provocó la intervención de las autoridades y sanciones para los responsables.

La seguridad en estos eventos siempre es un tema de preocupación, especialmente en partidos de esta magnitud. El Ministerio de Seguridad de la Nación y las fuerzas policiales locales continúan trabajando para prevenir cualquier tipo de altercado, no solo dentro del estadio, sino también en las zonas aledañas. La idea es garantizar un ambiente seguro para todos los asistentes y evitar que la violencia se traslade al interior del estadio o a las calles cercanas, como ha sucedido en otros momentos de la historia del fútbol argentino.

Aunque la rivalidad entre River y Boca es uno de los pilares que hace tan especial a este deporte en el país, también plantea preguntas sobre los límites de la pasión en el fútbol. Las autoridades insisten en que las medidas tomadas durante la previa del Superclásico fueron necesarias para mantener el orden y evitar situaciones que pudieran empañar una jornada deportiva que, en definitiva, debería ser celebrada por la alegría y el disfrute de los hinchas, más allá de las diferencias entre ambos equipos.