Tomar mate al volante en Mendoza puede costar una multa de $420.000

    Aunque tomar mate mientras se maneja es una tradición profundamente arraigada en las rutas argentinas, provincias como Mendoza y Córdoba comenzaron a sancionar esta práctica con multas que pueden superar los $400.000. La costumbre, tan cotidiana como riesgosa, ahora está en la mira por poner en jaque la seguridad vial.

    Provinciales22/05/2025 Expreso Mendoza
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    En la Argentina, tomar mate mientras se conduce es casi un acto reflejo. La escena es conocida: termo entre las piernas o en el asiento del acompañante, mate en mano, y la ruta por delante. Es una postal clásica, sobre todo en vacaciones o fines de semana largos, cuando miles de autos se lanzan a las rutas con la infusión como compañera fiel. Sin embargo, lo que para muchos es una costumbre inofensiva, en algunas provincias ya se considera una infracción seria.

    En Mendoza, por ejemplo, manejar mientras se toma mate puede costar hasta $420.000. Sí, leíste bien. El Decreto 326/18, que reglamenta la Ley 9024, establece que el conductor debe mantener el "dominio efectivo del vehículo", lo que, traducido, significa manejar con ambas manos en el volante. Como tomar mate no está contemplado dentro de las excepciones –como sí lo está cambiar de marcha–, el solo hecho de cebarse uno al volante puede derivar en una multa de 1.000 unidades fijas. Con el valor actual de la unidad, eso representa una sanción impensada para lo que parece una práctica inocente.

    En Córdoba el criterio es similar, aunque menos severo en lo económico. Allí, esta acción se considera parte de un manejo inseguro, al igual que fumar, y puede generar una multa de hasta 20 unidades fijas, lo que equivale hoy a unos $24.000.

    Lo curioso del asunto es que la Ley Nacional de Tránsito no prohíbe expresamente tomar mate al conducir. Pero sí exige que las dos manos estén en el volante salvo casos justificados. En ese margen gris se apoyan algunas provincias para castigar lo que entienden como una distracción peligrosa al volante.

    Y es que no se trata solo de una cuestión formal. Las autoridades argumentan que cebar mate implica desviar la atención durante varios segundos, algo que en una ruta a 100 km/h puede ser suficiente para provocar un accidente. A eso se suma el riesgo de quemaduras por derrames de agua caliente o el uso del termo como una distracción extra.

    La implementación de estas normas también cambió. Ya no es necesario que un inspector vea la infracción en vivo: las cámaras de seguridad vial están habilitadas para registrar este tipo de faltas. Así, muchos conductores podrían recibir la sorpresa en su domicilio, sin siquiera haber sido detenidos.

    ¿Estamos ante el fin del mate rutero? Difícil. La costumbre pesa. Pero quizás estemos entrando en una etapa donde, al menos, valga la pena pensarlo dos veces. Porque aunque nadie quiera renunciar al sabor del mate durante un viaje, $420.000 podrían ser un precio demasiado alto por una ronda a destiempo.

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