Confirman caso de rabia en Mendoza y lanzan alerta epidemiológica

    Un murciélago infectado mordió a un camionero en Potrerillos y desató una rápida respuesta sanitaria en la provincia. El caso reactivó los protocolos de prevención y puso el foco en la importancia de la vacunación antirrábica en animales domésticos.

    Provinciales11/04/2025Pablo FiorePablo Fiore

    En Mendoza, un murciélago con rabia mordió a un camionero en Potrerillos y encendió las alarmas sanitarias. El hecho ocurrió el 28 de febrero, cuando el conductor, que se dirigía rumbo a Chile, encontró al animal dentro de la cabina de su camión. El murciélago lo atacó y esa agresión derivó, incluso, en un accidente vial. Poco después, las pruebas confirmaron lo peor: el murciélago estaba infectado con el virus de la rabia.

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    El Ministerio de Salud de la provincia no tardó en emitir una alerta epidemiológica. La situación no es menor: la rabia es una enfermedad viral que afecta el sistema nervioso central y, en humanos, es prácticamente mortal si no se actúa de inmediato. Se trata de una zoonosis, es decir, un virus que se transmite de animales a personas, con una tasa de letalidad cercana al 100% en casos sintomáticos. La única manera de prevenir la enfermedad después del contacto es iniciar rápidamente un tratamiento de vacunación post exposición.

    El caso activó todos los protocolos sanitarios previstos por la Ley Nacional N° 15.465, que cataloga a la rabia como un Evento de Notificación Obligatoria (ENO). Esto implica no solo el tratamiento inmediato del afectado, sino también el seguimiento del entorno y el refuerzo de las medidas de prevención, especialmente en zonas donde hay presencia de murciélagos u otros posibles portadores.

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    Desde la cartera sanitaria se ordenó intensificar la vigilancia activa en Potrerillos y zonas aledañas. También se están evaluando las características genéticas del virus hallado en el murciélago para entender mejor su origen y la posible circulación en fauna local.

    En este contexto, el rol de los veterinarios se vuelve central. No solo tienen la obligación de notificar casos sospechosos, sino que deben redoblar la tarea de concientización entre la población. La vacunación antirrábica de perros y gatos, desde los tres meses de edad y con un refuerzo anual, no es un detalle menor: es la principal barrera para evitar que el virus llegue a los humanos.

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    El mensaje es claro: la rabia no está erradicada, y la prevención es la única herramienta eficaz. Frente a este tipo de episodios, actuar a tiempo puede marcar la diferencia entre un susto y una tragedia. Vacunar salva vidas.

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