El Gobierno lanza bonos atados al dólar oficial en plena tensión cambiaria

    En un contexto de creciente incertidumbre económica y rumores sobre un posible cambio en el esquema cambiario, el Gobierno apuesta a los bonos "dollar linked" para renovar deuda por 6,6 billones de pesos. La licitación del lunes incluirá dos instrumentos atados al dólar oficial, con vencimientos en junio y enero.

    Nacionales11/04/2025 Expreso Mendoza

    En medio de un clima económico tenso y con la mira puesta en posibles definiciones sobre el tipo de cambio, el Gobierno nacional salió a ofrecer una nueva tanda de bonos atados al dólar oficial. La medida, anunciada por la Secretaría de Finanzas, forma parte de la licitación de deuda en pesos prevista para el próximo lunes. Allí se incluirán dos instrumentos “dollar linked”, uno con vencimiento en junio y otro en enero, en lo que aparece como un intento por calmar expectativas de devaluación y renovar compromisos financieros en un contexto cada vez más exigente.

    La jugada no es menor. La semana que viene el Tesoro deberá afrontar vencimientos por 6,6 billones de pesos, una cifra considerable que pone presión sobre las arcas oficiales. En ese marco, los bonos atados al tipo de cambio buscan captar interés de inversores que, con razón, se mantienen cautelosos frente al panorama económico. Se trata de papeles cuyo rendimiento está vinculado a la evolución del dólar oficial, lo cual los vuelve más atractivos ante una eventual corrección cambiaria.

    El trasfondo es claro: crecen los rumores sobre una posible modificación del esquema cambiario, y aunque desde el Ejecutivo evitan confirmar cualquier movimiento en esa dirección, las señales del mercado hablan por sí solas. Las cotizaciones a futuro ya proyectan un tipo de cambio por encima de los 1.400 pesos hacia fin de año, y las intervenciones del Banco Central para contener al dólar han venido drenando reservas. Solo en lo que va de 2025, la autoridad monetaria perdió casi 5.000 millones de dólares intentando frenar la sangría.

    En paralelo, los bonos soberanos en dólares vienen acumulando caídas, y el riesgo país ya coquetea con los 1.000 puntos básicos, reflejo del escepticismo inversor. Tampoco ayuda el clima global: la nueva escalada comercial entre Estados Unidos y China reavivó la volatilidad en los mercados emergentes, y eso se tradujo en una semana negra para el Merval, que cayó más del 4% solo este jueves y acumula una baja del 20% en cinco ruedas.

    Así, el Gobierno busca hacer equilibrio en una cornisa cada vez más delgada. Con una economía sin margen para ajustes bruscos y la necesidad imperiosa de renovar deuda en moneda local, la emisión de bonos “dollar linked” aparece como una válvula de escape momentánea. Apuesta a convencer al mercado de que aún tiene herramientas para evitar una devaluación desordenada, mientras el acuerdo técnico con el Fondo Monetario Internacional por un nuevo programa de 20.000 millones de dólares le da algo de aire, aunque lejos está de disipar las dudas de fondo.

    Lo cierto es que la semana próxima será clave. No solo por el volumen de vencimientos a renovar, sino porque marcará la temperatura de un mercado que ya huele definiciones de fondo. La licitación del lunes será, más que nunca, una prueba de confianza. Y en tiempos como estos, cada señal –por mínima que sea– cuenta.

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