Denuncian a un hombre por abusar de su sobrino con discapacidad y queda libre pese a un video como prueba

Todo empezó con una sospecha que fue creciendo en silencio, hasta que ya no se pudo callar más. El sábado por la tarde, una mujer del departamento de Las Heras, en Mendoza, tomó su celular, se armó de valor y llamó al 911. Estaba desesperada. Sospechaba que su hermano había abusado de su hijo de 4 años, un niño con autismo y retraso madurativo. Y no sólo tenía la sospecha: también tenía un video.

La escena es cruda. En la grabación, la mujer le pregunta al nene si su tío —al que llama “el Negro”— había entrado a su pieza y lo había tocado. El chico, sin emitir una palabra, asiente con la cabeza y se señala la zona de los genitales. No hay más diálogo, pero la imagen es más elocuente que cualquier testimonio.

Cuando los policías de la Comisaría 16 llegaron al domicilio de calle Curiquaiti, la mujer les contó que no había denunciado antes por miedo. El presunto abusador vivía con ellos y tenía temor de que escuchara lo que estaba diciendo. Pero esta vez no dudó. Además del video, les mostró mensajes que había intercambiado con otra hermana, donde relataba su preocupación por ciertas actitudes del pequeño y su creciente temor de que algo grave estuviera ocurriendo.

El hombre, de 43 años, fue detenido y trasladado a declarar. Sin embargo, horas más tarde recuperó la libertad. Su explicación fue desconcertante: aseguró que no había cometido ningún abuso, sino que simplemente le estaba enseñando al niño “a reconocer las partes del cuerpo”. La Justicia, pese a las pruebas presentadas, no encontró elementos suficientes para dejarlo detenido.

La noticia generó indignación en la comunidad y un profundo malestar en la familia. Para la madre, que atravesó la angustia de denunciar a su propio hermano y exponer públicamente lo que sospechaba, la decisión fue un golpe difícil de digerir. Siente que hizo todo lo que podía, que entregó pruebas claras, pero que igual no alcanzó.

El caso quedó bajo la carátula de “averiguación de abuso sexual” y continúa en etapa de investigación. Mientras tanto, intervinieron los Equipos Técnicos Interdisciplinarios (ETI) para resguardar al niño y brindarle contención psicológica.

Más allá de lo judicial, el episodio volvió a encender una discusión urgente: ¿qué pasa cuando las víctimas no pueden expresarse con palabras? ¿Qué valor se les da a los gestos, a los silencios, a un simple video donde un nene de 4 años dice más con su cuerpo que con su boca?