Murió la adolescente atropellada frente a la plaza de Maipú

Bianca Alana Farías tenía apenas 14 años y toda una vida por delante. Este jueves por la tarde, su corazón dejó de latir en el Hospital Notti, donde estaba internada desde hacía una semana luego de ser atropellada frente a la plaza departamental de Maipú. La noticia sacudió a toda la comunidad, que durante días mantuvo la esperanza de que pudiera recuperarse. Pero su estado nunca mejoró. Pese a los esfuerzos médicos, Bianca falleció con asistencia mecánica respiratoria, sin haber podido salir del grave cuadro neurológico que presentaba.

El accidente ocurrió el jueves 1 de mayo, en pleno feriado por el Día del Trabajador. Eran las 20.40 cuando un Peugeot 207 gris conducido por Jonathan De Zotti Montoneri circulaba por calle Pablo Pescara, en dirección sur. Al llegar al cruce con calle San Martín, y según relataron fuentes policiales, se encontró con la adolescente cruzando la calzada. No logró frenar a tiempo y la embistió de lleno. Bianca cayó inconsciente al asfalto.

El propio conductor descendió del vehículo y, visiblemente alterado, llamó al 911. Minutos después llegaron una patrulla y una ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado. Tras recibir asistencia médica en el lugar, la adolescente fue trasladada de urgencia al Notti, donde ingresó con graves lesiones cerebrales. El diagnóstico era crítico desde el primer momento.

Jonathan De Zotti Montoneri, de 38 años, fue detenido y acusado en un principio por lesiones graves culposas. El lunes, luego de pasar cuatro días detenido, recuperó la libertad tras el pago de una fianza de 3 millones de pesos. Sin embargo, con la muerte de la menor, la situación legal del conductor cambia drásticamente. La Fiscalía de Tránsito, a cargo de Fernando Giunta, ya anticipó que se modificará la calificación a homicidio culposo, un delito con penas significativamente más severas.

El fallecimiento de Bianca generó una fuerte reacción en redes sociales y entre los vecinos de Maipú. No solo por la tragedia de una vida que se apaga demasiado pronto, sino también por el debate que reabre sobre la seguridad vial en zonas urbanas, la velocidad con la que se circula y la justicia ante este tipo de casos.

Su familia, mientras tanto, atraviesa horas de profundo dolor. Piden respeto y acompañamiento en este momento tan desgarrador, mientras organizan el sepelio de la joven. También solicitan colaboración para afrontar los gastos, apelando a la solidaridad de la comunidad mendocina.

Bianca ya no está, pero su partida dejó una herida abierta que interpela a todos: a los conductores, a las autoridades y a una sociedad que, una vez más, se pregunta si esta muerte pudo haberse evitado.