El fracaso de Ficha Limpia expone la ruptura entre Milei y Macri

    El rechazo al proyecto de Ley de Ficha Limpia en el Senado dejó al descubierto una profunda fractura entre Mauricio Macri y Javier Milei, profundizando las tensiones entre el PRO y La Libertad Avanza. Mientras el ex presidente acusa al Gobierno de impericia, el oficialismo responde señalando al Senado como un refugio de la "casta política". Este fracaso legislativo refleja el quiebre de una alianza que parecía consolidada y complica el futuro electoral del oficialismo.

    Nacionales09/05/2025 Expreso Mendoza
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    El rechazo al proyecto de Ley de Ficha Limpia en el Senado argentino dejó una estela de tensiones políticas que sacudieron el tablero nacional y profundizaron la ruptura entre dos de los principales referentes del oficialismo y la oposición: el presidente Javier Milei y el exmandatario Mauricio Macri. Lo que parecía ser una iniciativa con respaldo transversal terminó convirtiéndose en un nuevo campo de batalla entre el PRO y La Libertad Avanza, en medio de acusaciones cruzadas, sospechas internas y una disputa cada vez más visible por el rumbo del país.

    Ficha Limpia proponía que ningún ciudadano condenado por delitos de corrupción en segunda instancia pudiera postularse a cargos públicos. Era un proyecto que el PRO venía impulsando desde hace años y que, curiosamente, también fue adoptado por el oficialismo libertario como bandera propia. Sin embargo, al momento de la votación en el Senado, el proyecto obtuvo solo 36 votos, uno menos de los necesarios para su aprobación. Fue un golpe inesperado, especialmente para quienes habían trabajado por su avance legislativo con la certeza de que los votos estaban asegurados.

    La reacción de Macri no tardó en llegar. En declaraciones televisivas, acusó directamente al Gobierno de haber “defraudado a todos los argentinos”, y planteó que la caída de la ley fue producto de una “impericia” del oficialismo o de intereses ocultos que, dijo, “aún no se conocen”. A su lado, la diputada Silvia Lospennato, una de las autoras del proyecto, fue más allá: reveló que había senadores que, sobre la hora, cambiaron su voto sin dar explicaciones. “Si sabían que no daban los números, no retirar el proyecto fue una forma de complicidad”, denunció.

    Del otro lado, el presidente Milei optó por descargar su enojo en el Congreso. A través de sus redes sociales y en declaraciones públicas, calificó al Senado como “el refugio de la casta política” y atribuyó el fracaso del proyecto a una maniobra del kirchnerismo, que votó en bloque en contra. Evitó, sin embargo, responder a las críticas de Macri, lo que fue interpretado por muchos como una señal de que el quiebre entre ambos espacios ya no tiene retorno.

    La caída de Ficha Limpia se dio apenas unos días antes de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, donde el PRO aspira a retener el poder. En ese contexto, desde el macrismo aseguran que Milei no quiso darle “una victoria política” a su espacio y acusan a su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, de haber sido la responsable de cortar cualquier intento de alianza electoral.

    La tensión política no se limita al plano institucional. Se traslada también a la calle, a las bases partidarias y al humor social. Muchos ciudadanos que apoyaban la iniciativa con la esperanza de un sistema político más limpio y transparente sienten que se les dio la espalda. “Esto no es solo una ley. Es una señal de que se puede cambiar”, dijo Macri en una entrevista, visiblemente molesto por el desenlace.

    Mientras tanto, el kirchnerismo celebró el fracaso del proyecto como una victoria. Varios de sus dirigentes interpretaron la medida como un intento de proscripción de Cristina Fernández de Kirchner, quien fue condenada en la causa Vialidad y, de haberse aprobado Ficha Limpia, hubiese quedado inhabilitada para presentarse a elecciones. Para sus seguidores, el rechazo en el Senado fue un acto de resistencia política; para sus detractores, la evidencia de un sistema que sigue protegiendo a los poderosos.

    Lo cierto es que este episodio dejó al descubierto las fragilidades de una alianza que alguna vez pareció sólida, entre libertarios y macristas. Ahora, con la confianza rota, los caminos electorales parecen bifurcarse, y las chances de un acuerdo de cara a las legislativas de octubre se ven cada vez más lejanas. La caída de Ficha Limpia no solo frustró una aspiración ciudadana; también terminó de confirmar que, en la Argentina de hoy, ni siquiera las coincidencias alcanzan para construir consensos duraderos.

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