La baja de aranceles a celulares impulsa el comercio y despierta incertidumbre industrial

    El anuncio del Gobierno Nacional sobre la eliminación progresiva de aranceles a la importación de celulares generó entusiasmo en el comercio mendocino, que anticipa precios más competitivos y mayor demanda. Sin embargo, la medida también despierta preocupación en la industria nacional por su posible impacto en la producción y el empleo.

    Nacionales14/05/2025 Expreso Mendoza
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    El reciente anuncio del Gobierno Nacional sobre la reducción progresiva de aranceles para la importación de celulares y otros productos tecnológicos ha despertado un fuerte interés en el mercado mendocino. La medida, que contempla una disminución inicial del 8% hasta alcanzar el 0% en enero de 2026, genera optimismo tanto en comercios como entre los consumidores, que esperan precios más accesibles y una mayor competitividad frente al mercado internacional.

    En Mendoza, los comercios del rubro tecnológico ya comenzaron a evaluar los posibles efectos de esta decisión. Si bien todavía se aguarda la publicación del decreto que oficialice la medida, algunos locales prevén aplicar reducciones en los precios a medida que reciban nueva mercadería alcanzada por la baja impositiva. Cabe aclarar que el stock actual no sufrirá cambios inmediatos, ya que fue adquirido bajo el esquema impositivo anterior.

    Uno de los principales objetivos del Gobierno es reducir la brecha de precios entre los productos vendidos en Argentina y los que se consiguen en países vecinos. Esto no solo apunta a frenar el fenómeno del “turismo de compras” hacia lugares como Chile, sino también a fortalecer el comercio local y facilitar el acceso a la tecnología dentro del país.

    La baja de aranceles podría traducirse en una mejora para el consumo interno, ya que los celulares —especialmente los de gama media y alta— representan una inversión considerable para muchas familias. Asimismo, se espera que la medida impulse la venta en cuotas y reactive el movimiento comercial, beneficiando no solo al sector tecnológico, sino también a la economía en general.

    Sin embargo, no todo es entusiasmo. En paralelo al optimismo comercial, crecen las dudas en torno al impacto que esta política pueda tener sobre la industria nacional, particularmente en las plantas de Tierra del Fuego, donde se fabrica la mayor parte de los celulares que se venden en el país. La apertura del mercado podría poner en riesgo empleos y afectar la producción local, una preocupación que también se discute a nivel político y sindical.

    A la espera de la reglamentación oficial, el mercado tecnológico argentino se encuentra en una etapa de transición. La baja de impuestos podría marcar un cambio estructural en el acceso a dispositivos electrónicos, pero también plantea desafíos en términos de competitividad y desarrollo industrial. La clave estará en encontrar un equilibrio entre facilitar el consumo y sostener la producción local.

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