Boca vuelve a decepcionar en La Bombonera y queda eliminado por Independiente

En La Bombonera, una vez más repleta de ilusiones, Boca Juniors volvió a decepcionar. En una noche que pudo haber marcado un punto de inflexión, el equipo terminó desdibujado ante un Independiente que, sin ser brillante, supo cómo incomodarlo, incomodar a su gente, y llevarse una clasificación que vale oro: 1-0 para el Rojo y pasaje a semifinales del Torneo Apertura 2025.

Era evidente que Boca necesitaba muy poco para ofrecer una mejor imagen respecto de su actuación anterior frente a Independiente Rivadavia. Y lo hizo, al menos en los primeros minutos. Milton Delgado, el juvenil mediocampista, mostró personalidad para manejar los tiempos desde el círculo central. A su alrededor, los delanteros se movían con libertad por todo el frente de ataque, generando cierta confusión en la defensa visitante. Boca insinuaba más que lo que concretaba, pero al menos tenía la pelota y una intención clara.

Del otro lado, Independiente se tomó su tiempo para entrar en partido. Poco a poco emparejó el trámite, y comenzó a acercarse al área de Marchesín. Cabral tuvo un intento desviado, y más tarde Matías Giménez estuvo cerca de abrir el marcador, pero el arquero de Boca salió rápido y le ahogó el grito. El primer tiempo fue parejo, con ráfagas de uno y otro, pero sin goles. Boca lo pudo haber ganado antes del descanso: Merentiel falló en el mano a mano con Rey y Palacios, con el arco a su merced, remató por encima del travesaño. El propio chileno, poco después, perdió una pelota en el medio que derivó en el primer murmullo de fastidio desde las tribunas.

El complemento mostró una versión distinta del juego. Independiente ajustó líneas, se paró más adelante y comenzó a exponer las dudas defensivas de Boca. Los errores empezaron a repetirse, y el visitante olió sangre. A los 64 minutos, el colombiano Álvaro Angulo armó una buena jugada por izquierda, se metió en el área y definió cruzado, lejos del alcance de Marchesín. Fue el 1-0 que terminó siendo definitivo.

Herrón, que sigue como técnico interino tras la salida de Fernando Gago, intentó reaccionar con los ingresos de Cavani y del español Ander Herrera. Pero ni los cambios ni la empuje de la gente lograron torcer una historia que ya tenía destino marcado. Independiente, sin hacer demasiado ruido, fue más ordenado, más claro y más efectivo.

Boca, en cambio, quedó otra vez sumido en preguntas que no encuentran respuesta. El equipo volvió a tropezar en su casa, en una instancia decisiva, y la crisis futbolística se profundiza. En el horizonte, además del cierre de semestre, aparecen desafíos institucionales que exigen claridad y conducción. La Bombonera, por ahora, sigue siendo un templo de angustias más que de alegrías.