Platense elimina a River en el Monumental y alcanza las semifinales del Torneo Apertura

En una noche inolvidable, Platense sorprendió a todos al eliminar a River por penales en el estadio Monumental. Con un planteo inteligente y una actuación heroica de su arquero Juan Pablo Cozzani, el Calamar avanzó a semifinales y sigue agrandando su leyenda como matagigantes del fútbol argentino.

Deportes21/05/2025 Expreso Mendoza
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El fútbol argentino volvió a entregarnos una de esas noches que quedan para siempre en la memoria. En el coloso Monumental y ante más de 85 mil personas, Platense escribió una de las páginas más gloriosas de su historia: eliminó a River Plate por penales y se metió entre los cuatro mejores del Torneo Apertura 2025. No fue una casualidad. Fue carácter, fue estrategia, fue convicción. Fue, también, una lección para los poderosos.

River llegó como favorito, claro. Por historia, por nombres, por presente. Pero Platense, con el libreto bien aprendido, se plantó como un equipo que sabe a qué juega. No se desordenó, no se desesperó y aprovechó su momento. En el primer tiempo, Vicente Taborda, en una contra letal, puso el 1-0 que silenció Núñez. Un gol con sabor a hazaña desde temprano, que obligó a los de Gallardo a salir a buscar con urgencia.

Y River lo buscó. Pero como tantas veces en los últimos tiempos, chocó contra sus propios fantasmas. Con más voluntad que ideas, empujó, arrinconó y, en el final del partido, encontró el empate a través de Franco Mastantuono, el juvenil de apenas 17 años que se paró con una tranquilidad admirable y convirtió el penal que estiraba la noche. Era el empate agónico, la vida extra, el grito de desahogo. Pero también fue el último suspiro.

La definición desde los doce pasos encontró a Platense más sereno. River volvió a mostrar esa debilidad en las instancias mano a mano que lo viene persiguiendo desde hace tiempo. Y cuando más se necesitaba un héroe, apareció Juan Pablo Cozzani. El arquero del “Calamar” se vistió de figura y atajó dos penales fundamentales. Sus compañeros no fallaron. Gol tras gol, Platense fue sellando la epopeya. El último disparo, cuando la pelota tocó la red, fue el inicio del delirio.

Del otro lado, la decepción de un River que no logra romper con su racha negativa en los cruces eliminatorios. Gallardo, que había logrado una levantada en el torneo, volvió a tropezar con un equipo que supo leer el partido mejor. Platense lo desarmó con paciencia, lo obligó a equivocarse y luego lo castigó.

El equipo de Orsi y Gómez ya había dejado en el camino a Racing en el Cilindro. Ahora, tachó a River en su casa. En ambos casos, jugando con inteligencia, sabiendo sufrir y aprovechando al máximo sus momentos. Ahora se viene San Lorenzo, en el Nuevo Gasómetro. Otro reto gigante para un equipo que parece sentirse cómodo en ese rol de “punto”, de chico rebelde que no entiende de jerarquías ni estadísticas.

Lo de Platense no fue suerte. Fue coraje, fue orden, fue estrategia. Fue fútbol. Y fue historia.

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