Científica del Conicet a juicio por el brutal asesinato de un amigo durante un encuentro sexual

    Luciana Bustos, historiadora e investigadora del Conicet, enfrenta un juicio por el homicidio de su amigo Marcelo Amarfil, ocurrido en San Juan en enero de 2024. La fiscalía sostiene que lo asesinó a puñaladas durante un acto sexual, aprovechando su indefensión, mientras la defensa alega que actuó en legítima defensa tras un intento de abuso. El caso conmociona al ámbito académico y podría terminar con una condena a prisión perpetua.

    Nacionales09/04/2025 Expreso Mendoza

    El juicio que mantiene en vilo a la comunidad científica y conmociona a la sociedad sanjuanina acaba de comenzar. En el banquillo se sienta Luciana Teresita Bustos, historiadora del Conicet, acusada del asesinato de su amigo y colega Marcelo José Amarfil. Un crimen que, según la fiscalía, ocurrió en un contexto íntimo y con una violencia brutal. La primera audiencia, desarrollada en una sala cargada de tensión, dejó en claro que el proceso judicial será tan complejo como delicado.

    El caso remonta al 17 de enero de 2024. Amarfil, profesor de Educación Física, fue hallado sin vida en el interior de un vehículo en Las Chacritas, departamento 9 de Julio. El hallazgo fue estremecedor: el cuerpo yacía desnudo, con las manos atadas y los ojos vendados. Las pericias confirmaron que había muerto desangrado, producto de al menos seis puñaladas. Desde el inicio, todas las pistas apuntaron a Bustos, la última persona que estuvo con él aquella noche.

    La relación entre ambos era cercana, aunque con ribetes que aún generan controversia. Habían cenado juntos y luego se trasladaron en auto a una zona poco transitada. Según los investigadores, allí se produjo el crimen. Para la fiscalía, Bustos actuó con alevosía, aprovechando la vulnerabilidad de Amarfil en un contexto sexual en el que él se encontraba completamente indefenso.

    El punto de vista de la defensa es otro: aseguran que Bustos fue víctima de un intento de abuso sexual. Alegan que actuó en legítima defensa. Señalan que la acusada se identifica como lesbiana y que jamás había tenido relaciones sexuales con hombres, lo que, según su versión, descarta la existencia de consentimiento para lo que ocurrió esa noche. Esta línea de defensa apunta a desmontar la idea de una emboscada premeditada y propone una escena de desesperación, miedo y reacción ante una agresión.

    Bustos decidió no declarar en esta primera jornada del juicio. Se la vio serena, con el rostro inexpresivo, mientras los testigos y peritos comenzaban a reconstruir una historia que aún está plagada de interrogantes. Una pericia psiquiátrica realizada previamente determinó que es imputable: comprendía la criminalidad de sus actos al momento del hecho y está en condiciones de enfrentar el juicio.

    La causa es seguida de cerca por distintos sectores del ámbito académico, en parte por la pertenencia de la acusada al Conicet, y en parte por la complejidad del caso, donde se entrelazan la intimidad, la violencia, el poder y el consentimiento. No es común que una figura del ámbito científico enfrente un proceso judicial tan grave, y menos aún con una acusación que puede derivar en prisión perpetua.

    El juicio recién comienza, pero ya ha dejado claro que se trata de un caso cargado de matices. La figura de Bustos divide opiniones: para algunos, una mujer acorralada que se defendió; para otros, una agresora fría que planificó el asesinato de un hombre confiado. Las próximas audiencias serán clave para esclarecer qué ocurrió realmente aquella noche trágica. Mientras tanto, el país entero observa, entre el estupor y la intriga, cómo se escribe este capítulo oscuro en los tribunales de San Juan.

    Te puede interesar
    Lo más visto