El Gobierno levanta el cepo y apuesta a una economía sin restricciones

    Desde este lunes, las personas y empresas podrán acceder libremente al mercado de divisas tras el fin del cepo cambiario. El nuevo esquema establece un dólar flotante dentro de bandas entre $1.000 y $1.400, acompañado por un acuerdo con el FMI por USD 20.000 millones. La medida busca atraer inversiones, fortalecer reservas y dejar atrás los controles que rigieron durante más de cinco años.

    Nacionales11/04/2025 Expreso Mendoza

    A partir del lunes, los argentinos volverán a tener acceso libre al dólar. Así lo anunció el ministro de Economía, Luis Caputo, en una conferencia que quedará como una marca de época. La decisión, tan esperada como riesgosa, implica el levantamiento total del cepo cambiario y el inicio de un nuevo régimen con tipo de cambio flotante, limitado por bandas que irán de los $1.000 a los $1.400, con una actualización mensual del 1%. El anuncio llega, además, de la mano de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que inyectará USD 20.000 millones a las debilitadas arcas del Banco Central.

    El Gobierno de Javier Milei, fiel a su impronta de shock, lanza así la tercera fase de su programa económico con una promesa clara: menos controles, más libertad, más inversión. Desde el lunes, no habrá más límite de USD 200 mensuales para personas físicas. Tampoco se exigirá el llamado “parking” para operar bonos. Las empresas podrán girar utilidades al exterior desde 2025 y se apunta a un proceso de normalización financiera que, hasta hace poco, parecía inalcanzable.

    “El cepo fue una medida de emergencia. Hoy empieza una etapa distinta”, dijo Caputo, quien destacó que el nuevo régimen cambiario no será completamente libre, sino administrado: el Banco Central intervendrá para mantener la cotización dentro de los márgenes definidos, en una suerte de flotación acotada. A cambio, se abandona el viejo ancla cambiaria que había contenido la inflación en los primeros meses de gestión y se pasa a una estrategia de control basada en la emisión monetaria.

    La jugada no es solo técnica. El momento fue elegido cuidadosamente: el campo comienza a liquidar la cosecha gruesa y el Gobierno acaba de reducir las retenciones, lo que podría mejorar sensiblemente el ingreso de dólares. A eso se suma el desembolso pactado con el FMI, de los cuales USD 15.000 millones estarán disponibles este año. El resto, en principio, se liberará contra el cumplimiento de metas.

    Por ahora, el mercado acompaña con cautela. Hay entusiasmo en algunos sectores empresariales y alivio entre los pequeños ahorristas, pero también preocupación por los efectos que una apertura tan profunda podría tener en un contexto todavía inestable. En marzo, la inflación fue del 3,7% y acumula un 55,9% interanual. Las reservas brutas siguen por debajo de los USD 30.000 millones y la confianza en el sistema financiero no está del todo restablecida.

    Desde el oficialismo, celebran la medida como un hito. “Es el principio del fin del populismo económico”, dijeron cerca de Milei. En la oposición, en cambio, no ocultan su escepticismo: advierten sobre una posible corrida si el mercado percibe que no hay respaldo suficiente. “Levantar el cepo sin reservas es como saltar sin red”, advirtió un economista cercano al peronismo.

    Aun así, el Gobierno parece convencido de que el único camino posible es la libertad económica total. Y que para estabilizar, primero hay que sincerar. Ahora, con el cepo enterrado, empieza otra etapa. El reloj ya corre y la apuesta es alta: sin margen para errores, la estabilidad dependerá más que nunca de la confianza.

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