Estafan a una jubilada en Guaymallén y le vacían sus cuentas bancarias

    Una mujer mayor del barrio Constitución fue engañada por un supuesto comprador interesado en una heladera publicada en redes sociales. A través de una videollamada, el estafador logró acceder a sus cuentas y le robó $640.000 antes de desaparecer sin dejar rastros. La justicia investiga el caso.

    Provinciales30/04/2025 Expreso Mendoza

    Una jubilada de Guaymallén fue víctima de una estafa digital que la dejó prácticamente sin ahorros. Todo comenzó con una situación cotidiana: la venta de una heladera usada a través de Facebook Marketplace. Lo que parecía una simple transacción terminó siendo una trampa perfectamente armada por delincuentes que, con habilidad y paciencia, se metieron en el corazón de su economía personal.

    La mujer, vecina del barrio Constitución, se convirtió en blanco fácil de los estafadores cuando su cuñado —quien había publicado el electrodoméstico en la red social— fue contactado por un supuesto interesado. El comprador, en apariencia amable y decidido, dijo que quería hacer una transferencia inmediata para reservar el producto. Ante la falta de una cuenta disponible en ese momento, el hombre recurrió a su cuñada para que ella recibiera el dinero.

    Fue entonces cuando el plan delictivo se desplegó por completo. El estafador tomó contacto directo con la jubilada. A través de una videollamada, utilizando un discurso convincente y apelando a cierta urgencia, le pidió que realizara una serie de pasos para “completar la operación bancaria”. La mujer, confiada, fue siguiendo las indicaciones sin saber que estaba entregando las llaves de sus finanzas.

    En cuestión de minutos, el desconocido logró ingresar a sus cuentas del banco Galicia y de Mercado Pago. Desde allí, ejecutó varias operaciones hasta vaciar ambas plataformas. El saldo robado asciende a $640.000, una suma que para cualquier persona representa un golpe durísimo, pero que en el caso de una jubilada adquiere tintes aún más dramáticos.

    La víctima radicó la denuncia ante la policía, pero ya era tarde. Los rastros digitales se desvanecieron con la misma rapidez con la que el dinero cambió de manos. Por ahora, no hay detenidos y la causa quedó en manos de la Justicia.

    El episodio trae nuevamente a la mesa un fenómeno que crece a la par del uso de la tecnología: las estafas virtuales. Mendoza no es ajena a esta modalidad. En los últimos años, cientos de adultos mayores han sido blanco de maniobras similares. En algunos casos, los delincuentes ni siquiera necesitan robar las tarjetas físicas: con tener acceso a una foto o los datos de la cuenta, logran vincularlas a billeteras virtuales y hacer compras sin que nadie los detenga.

    En medio de este panorama, las autoridades insisten con una recomendación clave: nunca brindar información bancaria por teléfono, por más convincente que parezca el interlocutor. Las entidades financieras no solicitan claves ni datos personales por canales no oficiales. Y aunque muchos lo saben, el engaño sigue siendo eficaz porque se disfraza de confianza, cercanía y buena intención.

    En este caso, el disfraz fue una heladera. Pero mañana podría ser cualquier otra excusa. Lo que importa es estar alertas y, sobre todo, hablar de estas cosas en familia. Prevenir a tiempo puede evitar dolores difíciles de reparar.

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