El jurado absolvió a Juan Manuel Tarrés y el crimen de Jésica Olguín quedó impune

    Pese a las sospechas, las pruebas indirectas y una supuesta confesión, el jurado popular declaró no culpable a Juan Manuel Tarrés por el femicidio de su expareja. Solo lo condenaron por lesiones leves y podría quedar en libertad en los próximos días. El fallo generó conmoción y reavivó el debate sobre la justicia en casos de violencia de género.

    Provinciales09/05/2025 Expreso Mendoza
    Screenshot_20250509-105416-794

    Juan Manuel Tarrés se quebró frente al jurado popular antes del veredicto. "La Fiscalía me ha presentado como un monstruo", dijo con voz firme pero con los ojos húmedos. "Y hay un monstruo suelto que hizo lo que hizo con Jésica, pero ese monstruo no soy yo". La sala quedó en silencio. Era uno de los momentos más intensos del juicio que durante días mantuvo en vilo a Mendoza y al país.

    Finalmente, el jurado —integrado por 12 personas comunes que escucharon cada testimonio, cada pericia, cada detalle del caso— decidió que Tarrés no era culpable del femicidio de su expareja, Jésica Olguín, hallada asesinada en enero de 2023 en Las Heras. Lo encontraron culpable únicamente de lesiones leves dolosas, un delito menor que no implica prisión efectiva. Es probable que en pocos días recupere la libertad.

    La decisión sorprendió. No solo por la expectativa social que había alrededor del juicio, sino porque durante la investigación la Fiscalía había sostenido que Tarrés había confesado el crimen a su tía. Además, había antecedentes de violencia de género entre la pareja. Pero en el juicio, la defensa logró instalar una duda razonable: no había pruebas genéticas que ubicaran al acusado en el lugar del crimen y tampoco evidencia directa que lo vinculara de forma concluyente con el asesinato.

    La declaración de Tarrés al final del juicio fue parte de una estrategia: mostrarse humano, vulnerable, alejado de la imagen que, según él, habían fabricado de su persona. Y el jurado pareció creerle. Para los fiscales, en cambio, el fallo dejó un sabor amargo. La fiscalía hablaba de impunidad. Para la familia de Jésica, el dolor se transformó en furia y desesperanza.

    El juez técnico, Horacio Cadile, convocó a una audiencia de cesura para el miércoles 14 de mayo. Allí se definirá la pena por el delito menor que sí fue reconocido por el jurado. Hasta entonces, Tarrés seguirá detenido, pero su liberación parece inminente.

    El caso reabre un debate profundo sobre los juicios por jurado en causas de violencia de género. ¿Es posible que un grupo de ciudadanos sin formación legal tome una decisión justa en casos tan complejos y sensibles? ¿O es precisamente esa mirada común, libre de tecnicismos, la que permite un juicio más honesto?

    Mientras tanto, el crimen de Jésica Olguín sigue sin una condena firme por femicidio. Su familia, y buena parte de la sociedad mendocina, sienten que la justicia no estuvo a la altura.

    Te puede interesar
    Lo más visto