Tragedia en Tupungato por la muerte de un niño electrocutado mientras jugaba

Una tragedia conmocionó este viernes por la tarde a la comunidad de Tupungato. Un niño de apenas 11 años murió electrocutado mientras jugaba en el predio del Club Social y Deportivo Tupungato, donde vivía junto a su padre, cuidador de la institución.

La desgracia ocurrió pasadas las seis de la tarde, en un momento que debería haber sido como cualquier otro: el niño jugaba a la pelota en las instalaciones del club cuando el balón se le escapó y quedó sobre un techo. En un acto tan inocente como habitual, el menor trepó para recuperarlo. Pero al hacerlo, sin advertirlo, tocó un cable con corriente eléctrica. La descarga fue inmediata y letal.

Los gritos desesperados alertaron rápidamente a quienes estaban cerca. Se llamó al 911, y una ambulancia llegó en pocos minutos, pero ya era tarde. El niño había muerto producto de un paro cardiorrespiratorio provocado por la electrocución.

La noticia se propagó con rapidez en Tupungato, una ciudad que, como muchas del interior mendocino, está marcada por los lazos comunitarios. El club no era solo el lugar de trabajo del padre de la víctima, sino también un espacio de encuentro, de juegos, de barrio. Por eso, la muerte del pequeño golpeó con especial dureza a vecinos, compañeros y familias enteras que aún no logran salir de la conmoción.

La situación también encendió señales de alarma sobre el estado de las instalaciones eléctricas en espacios deportivos y recreativos. En lo que va del año, ya se han registrado varios casos similares en Mendoza: una niña murió al tocar un cable cerca de una pileta en Maipú, otro chico falleció tras enchufar un calefón en su casa en el barrio La Favorita, y un tercer niño perdió la vida al abrir un freezer en San Martín. Todos tenían entre 10 y 11 años.

Frente a este dolor que se repite, las preguntas se multiplican: ¿Se están tomando las medidas de seguridad necesarias en clubes y hogares? ¿Quién controla que los tendidos eléctricos estén en condiciones? ¿Qué tipo de prevención real se puede hacer para evitar más muertes como esta?

Mientras tanto, en Tupungato, una familia quedó rota por dentro, un padre perdió a su hijo en el mismo lugar que lo ve trabajar todos los días, y un club que solía ser un espacio de juego y comunidad quedó teñido por el luto. Las autoridades ya iniciaron una investigación para determinar qué falló, pero la respuesta más urgente no vendrá de ningún expediente, sino de la responsabilidad colectiva para que ninguna otra infancia quede expuesta a un riesgo tan cruel como evitable.

La pelota, esa que voló por los aires como tantas veces antes, terminó en un sitio del que nunca debió bajar tanta tristeza.