Godoy Cruz vuelve a casa y el Feliciano Gambarte renace con gloria

    Después de años jugando en el Malvinas Argentinas, Godoy Cruz concretará su regreso al Feliciano Gambarte en la segunda fecha del Torneo Clausura. Con obras finalizadas y una capacidad para 18.000 hinchas, el Tomba vuelve al barrio para reencontrarse con su historia y su gente.

    Deportes15/05/2025 Expreso Mendoza
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    Godoy Cruz vive un momento histórico. Después de muchos años de espera, el club mendocino volverá a jugar en su estadio de toda la vida, el Feliciano Gambarte. La vuelta está confirmada: será en la segunda fecha del Torneo Clausura, cuando el Tomba reciba a Sarmiento de Junín. Así, el Malvinas Argentinas quedará atrás como escenario habitual, y la Bodega volverá a ser el hogar del Expreso.

    No se trata solo de una mudanza de cancha. Es mucho más que eso. Es un regreso a las raíces, al barrio, a los orígenes. A ese lugar donde el club creció y se hizo grande. El Feliciano Gambarte no es solo cemento, tribunas y césped: es memoria viva, es pertenencia, es identidad. La emoción que atraviesa a los hinchas de Godoy Cruz en estos días no se explica solo en términos deportivos; es una sensación que toca lo sentimental.

    Durante años, el club debió mudarse al Malvinas por cuestiones de infraestructura. El viejo estadio ya no estaba a la altura de las exigencias de AFA y, mucho menos, de las competiciones internacionales. Pero la dirigencia se puso un objetivo: recuperar la casa. Y lo está logrando. Las obras de remodelación no fueron simples ni baratas. Se demolieron tribunas, se modernizaron los vestuarios, se instalaron luces LED de última generación, se reconfiguraron los accesos y se incorporaron tecnologías que hoy permiten cumplir con todas las normas para competencias locales y de CONMEBOL.

    El nuevo Gambarte tendrá una capacidad inicial para 18.000 espectadores, con la posibilidad de ampliarse a 22.000. Y lo más destacable es que todo fue financiado con fondos propios del club: ventas de jugadores, una administración ordenada y, sobre todo, una visión clara. No hubo préstamos ni subsidios milagrosos. Hubo gestión.

    El último partido en el Malvinas será el 29 de mayo, ante Atlético Grau, por la Copa Sudamericana. A partir de la próxima fase, Godoy Cruz será local en su propio estadio. La imagen será impactante: tribunas repletas, banderas, bombos y el aliento de siempre, pero en el lugar de siempre.

    La vuelta al Gambarte es una caricia para la historia tombina. Es volver a pisar el barrio con orgullo. Es cerrar un ciclo de exilio forzado para abrir uno nuevo, más propio, más genuino. El fútbol tiene esas cosas: a veces, los regresos valen más que los títulos. Y para Godoy Cruz, este es uno de esos momentos. Uno que quedará guardado para siempre en el corazón de su gente.

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