Violento asalto en Las Heras termina con un hombre herido de un balazo

Gabriel Catania había llegado al gimnasio como cualquier otro día. Eran cerca de las tres de la tarde del jueves, y el sol de otoño aún calentaba el asfalto de la calle San Martín, en Las Heras. Iba a entrenar, pero no imaginaba que estaba a punto de convertirse en el protagonista involuntario de una escena de violencia que volvió a sacudir a una provincia ya golpeada por la inseguridad.

Apenas descendió de su vehículo, fue interceptado por dos delincuentes a bordo de una moto. Le exigieron sus pertenencias, con armas en mano y la decisión tomada. Catania se resistió —quizás por instinto, quizás por bronca— y uno de los asaltantes disparó dos veces. Uno de esos disparos impactó en su abdomen.

La calle se congeló por un momento. Testigos vieron cómo los agresores escapaban a toda velocidad, primero por San Martín al norte y luego por Lescano Fá hacia el este. Algunos vecinos corrieron a ayudar. Dos hombres, sin esperar a que llegara una ambulancia, lo subieron a un auto y lo llevaron directamente al hospital Carrillo.

Esa decisión, apresurada pero vital, fue clave para que Catania llegara con vida. Su estado era crítico cuando ingresó al hospital, por lo que fue derivado de inmediato al Hospital Central, donde los médicos lograron estabilizarlo tras una intervención de urgencia. Al cabo de unas horas, su salud comenzó a mejorar. El viernes, pudo regresar a su casa.

En el lugar del ataque, trabajó personal de Policía Científica. Recolectaron vainas servidas y manchas de sangre, elementos que ahora están siendo analizados. La investigación quedó a cargo de la fiscalía de robos, bajo la dirección de Juan Manuel García, luego de que inicialmente interviniera el fiscal de homicidios Gustavo Pirrello.

Mientras tanto, los investigadores revisan grabaciones de cámaras de seguridad de la zona. Por ahora no hay detenidos y los responsables del ataque siguen prófugos.

Este caso se suma a otros hechos recientes en Las Heras, donde la violencia parece haberse instalado como parte del paisaje cotidiano. En marzo, otro hombre fue baleado en un intento de robo mientras se trasladaba en moto. Los vecinos piden más presencia policial y respuestas concretas, pero la sensación es que, en muchos barrios del Gran Mendoza, salir a la calle se ha convertido en un acto de fe.