Milei cuestiona el aborto legal y desata una nueva ola de críticas políticas y sociales

    En un encendido discurso ante empresarios en la cumbre de AmCham, el presidente Javier Milei vinculó la legalización del aborto con la caída de la natalidad y calificó la interrupción voluntaria del embarazo como “asesinatos en el vientre de las madres”. Sus declaraciones generaron fuertes respuestas de dirigentes opositores y referentes sociales, que lo acusaron de ignorar la complejidad del tema y de atacar derechos ya conquistados.

    Nacionales21/05/2025 Expreso Mendoza
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    Javier Milei volvió a encender la polémica. Esta vez, sus palabras apuntaron directamente contra la legalización del aborto en Argentina. Durante su participación en la cumbre AmCham 2025 —organizada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Buenos Aires— el presidente vinculó la ley de interrupción voluntaria del embarazo con la baja natalidad en el país y en el mundo. “Se les pasó la mano en atacar a la familia, a las dos vidas, y ahora estamos pagándolo con caídas en la tasa de natalidad”, lanzó frente a un auditorio repleto de empresarios.

    Lejos de moderar su discurso, fue incluso más allá: “Ahora el miedo es que el mundo se quede sin gente. Lo hubieran pensado antes, nos hubiéramos ahorrado bastantes asesinatos en el vientre de las madres”. La frase, tan provocadora como contundente, no tardó en replicarse en medios, redes sociales y espacios políticos, generando una nueva ola de reacciones en cadena.

    Una de las respuestas más duras provino de Malena Galmarini, dirigente del Frente Renovador y esposa del exministro Sergio Massa. Desde su cuenta de X (exTwitter), calificó al mandatario de “tremendamente burro” y cuestionó su visión simplista sobre un tema tan complejo. “Que le pida a su Indec el índice de crianza. Que pregunte a las mujeres el costo de criar solas. Que piense en quienes desean además tener una carrera”, escribió. Y remató con un comentario punzante: “Pero qué va a saber si sus 'hijos' son perros y uno está muerto. Ni hablar del alarde por los cierres de políticas de acompañamiento a las mujeres, incluso 1000 días”.

    Desde otros sectores también hubo críticas. La periodista Cynthia García aseguró en su editorial radial que se está “naturalizando la distopía” y recordó que la caída en la natalidad no se explica por una única razón, sino por múltiples factores sociales y económicos. “No es el aborto legal lo que afecta la natalidad, sino la falta de condiciones para criar hijos con dignidad”, dijo. Y agregó que la legalización no generó un aumento de abortos, sino que permitió salvar vidas y mejorar el acceso a la salud de las mujeres.

    Desde que entró en vigencia en 2020, la ley de aborto legal permitió realizar más de 245 mil interrupciones voluntarias del embarazo en el sistema público. Según informes del Ministerio de Salud, esta política contribuyó a reducir significativamente la mortalidad materna y permitió un mayor acceso a derechos reproductivos, especialmente en mujeres jóvenes y en situación de vulnerabilidad.

    Las declaraciones de Milei no sorprenden del todo. A lo largo de su gestión —y también durante su campaña— el presidente dejó clara su oposición a lo que denomina “la Agenda 2030”, que incluye políticas de equidad de género, salud sexual y reproductiva, y derechos de las minorías. En enero, durante su paso por el Foro de Davos, ya había tildado al feminismo y a la diversidad de género como “ideologías criminales” y “cánceres que hay que extirpar”.

    Su vicepresidenta, Victoria Villarruel, también ha mantenido una línea similar. En marzo pasado, con motivo del Día del Niño por Nacer, declaró que el aborto es una política que “engendra muerte” y pidió por una cultura de la vida. Las señales del Gobierno son claras: se busca retroceder en derechos conquistados por los movimientos feministas y sociales de las últimas décadas.

    Más allá de los posicionamientos ideológicos, lo cierto es que la Argentina atraviesa una fuerte discusión sobre el rumbo de sus políticas sociales. La baja natalidad es un fenómeno global, multicausal y profundamente ligado a las condiciones económicas, las decisiones personales y el acceso a la salud y la educación. Simplificarlo a una cuestión de aborto no solo es inexacto, sino también peligroso. Sobre todo, si esa simplificación viene desde el propio Presidente.

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