El frente polar desató una tormenta feroz que colapsó Mendoza durante la noche

    Lluvias intensas, granizo, cortes de luz y calles anegadas marcaron una noche caótica en Mendoza. La tormenta sorprendió a miles de vecinos, dejó barrios sin electricidad y complicó aún más el tránsito en una provincia que amaneció golpeada por el temporal.

    Provinciales27/05/2025 Expreso Mendoza
    Screenshot_20250527-111352-022

    La noche del lunes fue un infierno de agua y viento en Mendoza. Lo que se venía anunciando como una “bomba polar” finalmente se descargó con toda su furia sobre el llano: una tormenta intensa, de esas que no se olvidan fácil, desató un verdadero caos urbano y rural mientras la provincia intentaba terminar el día.

    Pasadas las 22, el cielo se cerró y empezó la función: truenos, relámpagos, ráfagas del sur y una lluvia que no dio tregua. En algunos lugares, como Junín, Maipú, Rivadavia o Luján, lo que parecía una tormenta pasajera se convirtió en horas de diluvio. El agua no sólo tapó desagües, sino también la paciencia de los mendocinos. Calles convertidas en ríos, autos flotando en zonas bajas y casas con techos vencidos por las filtraciones marcaron el ritmo de una noche larguísima.

    En Luján y Coquimbito cayó granizo. Pequeño, pero insistente. En Agrelo y Perdriel, los vecinos despertaron con las veredas cubiertas de un manto blanco que no era nieve. Los grupos de WhatsApp explotaban con imágenes de garajes inundados, patios convertidos en piletas y la eterna queja de que cada tormenta es peor que la anterior.

    El servicio eléctrico tampoco resistió. Guaymallén, Las Heras y partes de Maipú quedaron sin luz en medio del temporal. En zonas como Capilla del Rosario o Rodeo de la Cruz, directamente se cortó por horas. La oscuridad sumó tensión y miedo: casas sin energía, semáforos apagados, alumbrado público ausente y una sensación de desprotección que se repite cada vez que el clima se pone bravo.

    Mientras tanto, en Alta Montaña, la historia era distinta, pero igual de complicada: nevadas intensas y sostenidas forzaron el cierre del paso Cristo Redentor. La nieve sigue cayendo sin descanso, y por ahora, cruzar a Chile no es una opción.

    Esta mañana, con los primeros rayos grises del amanecer, Mendoza mostró las secuelas: charcos gigantes, barro en los barrios periféricos, tránsito imposible y una mezcla de frío, humedad y cansancio generalizado. La temperatura apenas llegaba a los 4°C y el pronóstico prometía algo de alivio recién después del mediodía.

    Anoche, la tormenta fue protagonista y dejó en claro que cada vez que el cielo se enoja, Mendoza tambalea. No importa cuántas veces haya pasado: el impacto siempre es el mismo. Y mientras el agua se retira lentamente, queda la pregunta de siempre: ¿estamos preparados para la próxima?

     

    Te puede interesar
    Lo más visto