La justicia absolvió a una mujer embarazada que mató a su pareja en legítima defensa

    María Fernanda Vargas, de 28 años y madre de cuatro hijos, fue sobreseída tras comprobarse que actuó en legítima defensa al matar a su pareja durante una violenta discusión en Godoy Cruz. El fallo judicial reconoció un largo historial de violencia de género y marcó un precedente en la provincia.

    Nacionales10/04/2025 Expreso Mendoza

    La justicia mendocina cerró este jueves un caso atravesado por la violencia de género, la desigualdad estructural y la supervivencia. María Fernanda Vargas, una mujer de 28 años y madre de cuatro hijos, fue sobreseída por la jueza Mirna Montaldi luego de que se comprobara que actuó en legítima defensa al matar a su pareja durante una brutal pelea ocurrida en marzo de 2024, en Godoy Cruz.

    La escena fue tan cruda como definitiva. Vargas cursaba la semana 37 de un embarazo cuando, según la investigación judicial, se vio forzada a defender su vida y la del hijo que estaba por nacer. En medio de una discusión violenta, tomó un cuchillo de cocina y le asestó una puñalada a Exequiel Alexander Ponce, su pareja desde hacía más de una década, que resultó mortal. Todo ocurrió dentro de la vivienda que compartían en el barrio Sarmiento, donde también vivían sus otros tres hijos.

    La historia de fondo es dolorosamente familiar: celos enfermizos, violencia física y psicológica reiterada, consumo de drogas y un vínculo que se volvió insoportable. Vargas y Ponce convivieron durante 13 años, pero el amor, si alguna vez existió, fue superado rápidamente por el miedo. A lo largo de ese tiempo, ella denunció agresiones en al menos dos oportunidades, una en 2019 y otra en 2022, esta última todavía en trámite. El Estado llegó tarde.

    Cuando ocurrió el hecho, María Fernanda fue detenida preventivamente, mientras aún tenía visibles moretones en los brazos. Esa misma semana, fue trasladada al Hospital Lagomaggiore, donde dio a luz por cesárea a su cuarto hijo, apenas unos días después de haber sobrevivido a uno de los episodios más violentos que se recuerdan en el departamento. No volvió a prisión.

    El fiscal de Homicidios, Gustavo Pirrello, tras recolectar testimonios de vecinos, informes médicos y antecedentes judiciales, concluyó que el accionar de Vargas no sólo estaba justificado, sino que era la única salida posible ante una amenaza inminente. Su decisión fue avalada por la jueza Mirna Montaldi, quien dictó el sobreseimiento definitivo. El expediente la había imputado por "homicidio agravado por la relación de pareja preexistente", pero la figura se desmoronó ante la evidencia: no fue un crimen, fue defensa propia.

    El fallo, más allá de lo jurídico, es un mensaje. No todas las violencias se denuncian a tiempo, no todos los miedos se escriben en papeles, y no todas las vidas se salvan con medidas perimetrales. Hay situaciones límite en las que la justicia debe mirar más allá del hecho puntual y entender el contexto. Esta vez, lo hizo.

    María Fernanda hoy está libre. Tiene cuatro hijos que cuidar, una vida que reconstruir y un cuerpo que aún guarda las marcas del horror. Pero también tiene algo que no todas logran: una justicia que, por una vez, llegó antes del silencio eterno.

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