Julio Moura de Virus habla tras la trágica muerte de Andrea Murillo durante una práctica sexual

    El guitarrista de Virus rompió el silencio cinco meses después del fallecimiento de Andrea Murillo, una mujer chilena que murió en su casa en La Plata en medio de una práctica sexual extrema que investiga la Justicia. Moura reivindicó el vínculo que los unía y pidió respeto frente a la exposición mediática del caso.

    Nacionales26/05/2025 Expreso Mendoza
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    La tragedia que envuelve al guitarrista de Virus, Julio Moura, sigue generando conmoción y debate cinco meses después de ocurrida. El pasado 3 de enero, Andrea Gloria Rojas Murillo, una mujer chilena de 53 años, fue hallada muerta en la casa del músico en Villa Elisa, La Plata. Desde entonces, la investigación judicial se mantiene abierta y ha puesto bajo la lupa detalles íntimos que entremezclan dolor, controversia y una exposición pública que incomoda a todos los involucrados.

    El escenario en el que se encontró el cuerpo de Murillo fue impactante: estaba tendida en el piso, con evidentes marcas de ahorcadura en el cuello, lesiones en las piernas, una cuerda atada a un tirante del techo y una escalera cercana. Según el informe policial, también había en la escena elementos como látigos, objetos sexuales, alcohol y restos de sustancias psicoactivas. Todo esto lleva a los investigadores a sostener, como hipótesis principal, que se trató de una práctica sexual extrema que terminó de forma trágica.

    Julio Moura, quien no había hablado públicamente hasta hace pocos días, rompió el silencio con una publicación en Instagram. Allí compartió una foto de Andrea y escribió un mensaje que mezcla homenaje, dolor y una crítica velada a los medios y la opinión pública. “Mi silencio hasta hoy fue por respeto a tu familia, a tus seres queridos y a la Justicia”, escribió. “Estarás en mi corazón por siempre, y honraré tu vida, vida que nada le importó a los que construyen la ‘opinión pública’”.

    El vínculo entre Moura y Murillo ha sido motivo de confusión desde el inicio del caso. Mientras algunos hablaban de una relación sentimental, la familia de la mujer salió a aclarar desde Chile que no eran pareja formal, sino que mantenían una amistad que había comenzado de forma virtual y que luego tuvo algunos encuentros personales. No obstante, el propio Moura habló de un “vínculo profundo” y de una mujer “maravillosa” cuya presencia lo había marcado.

    Desde el entorno del músico insisten en que fue un accidente, un episodio fatal durante un juego sexual consensuado. Por el momento, Moura no está imputado, pero el fiscal Gonzalo Petit Bosnic continúa recolectando pruebas. Se han ordenado peritajes psicológicos, toxicológicos, el análisis de los dispositivos electrónicos del músico y una evaluación completa de los objetos hallados en el domicilio. La causa sigue bajo la carátula de “averiguación de causales de muerte”.

    Mientras tanto, las familias de ambos siguen transitando su duelo en medio de una exposición que no eligieron. La familia de Andrea, desde Chile, pidió respeto y cuestionó la forma en que se ha tratado el caso en algunos medios. “Andrea era una persona alegre, libre y valiente. Merece ser recordada con dignidad”, escribieron en un comunicado.

    Más allá del desenlace judicial, la muerte de Murillo dejó planteada una discusión social profunda sobre los límites del consentimiento, los riesgos asociados a ciertas prácticas sexuales y el respeto por la intimidad de las personas, incluso cuando se trata de figuras públicas. En medio de todo, un silencio que duró meses fue finalmente quebrado por Moura, quien eligió las redes para despedirse y poner en palabras su dolor. Un dolor que, aún envuelto en misterio, es tan real como irreparable.

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