Karely Ruiz tiene 22 años, gana millones en OnlyFans y ya compró dos casas y un departamento

    Desde Monterrey al estrellato digital, Karely Ruiz transformó una experiencia traumática en una carrera millonaria como creadora de contenido erótico. Con apenas 22 años, factura más de 160 millones de pesos argentinos por mes y se convirtió en un fenómeno de las redes que desafía prejuicios y consolida un nuevo modelo de éxito joven.

    Nacionales19/04/2025 Expreso Mendoza

    Karely Ruiz tiene 22 años, es de Monterrey y hoy es una de las figuras más comentadas en las redes sociales del mundo hispanoparlante. No por una canción, una película o una medalla olímpica, sino por algo mucho más propio de estos tiempos: su perfil en OnlyFans. Desde allí, con contenido erótico personalizado, ha construido en apenas un par de años una fortuna que le permitió comprarse dos casas, un departamento y autos de alta gama. Todo con una cámara, conexión a internet y millones de seguidores que pagan por verla.

    La historia de Karely no arrancó con éxito ni glamour. Fue víctima de una situación tan habitual como cruel: su ex pareja difundió imágenes íntimas suyas, vulnerando su intimidad y exponiéndola públicamente. Pero donde muchos hubieran optado por el silencio o el retraimiento, ella decidió ir hacia adelante. En lugar de hundirse, tomó las riendas y usó esa inesperada visibilidad para crear una carrera.

    Hoy cobra alrededor de 16 dólares por suscripción mensual, lo que al cambio informal supera los 16 mil pesos argentinos por persona. Y tiene más de 10 mil suscriptores activos. Así, cada mes factura —en promedio— 160 mil dólares, es decir, más de 160 millones de pesos argentinos. Sí, por mes.

    No se trata solo de fotos sensuales o contenido subido de tono. Karely aprendió a manejar sus redes con olfato comercial: cuida su imagen, genera comunidad y se muestra cercana, aunque también pone límites. Hace poco se sinceró sobre un costado más ingrato de la fama: "Estoy harta de que la mayoría de la gente que se me acerca sea por interés. Recuerden que antes que famosa soy persona. Y tengo sentimientos", escribió.

    También sufrió el cierre de su cuenta principal de Instagram, donde tenía más de ocho millones de seguidores. Aunque nunca se explicó oficialmente la razón, todo indica que fue por denuncias masivas o alguna violación a las políticas de la plataforma. Lejos de desmoronarse, Karely siguió adelante: abrió nuevas cuentas, amplió su presencia en otras redes y redobló su apuesta en OnlyFans.

    Más allá de su contenido erótico, Ruiz también ha tenido gestos solidarios que la convirtieron en una figura admirada por muchos. Ha donado dinero para tratamientos médicos, apoyado causas benéficas y hasta impulsado colectas para personas en situación vulnerable. Sabe que su imagen genera impacto y no duda en usarla para ayudar.

    Su caso, como el de tantas otras jóvenes, refleja un cambio de época. En un mundo cada vez más digital, donde las plataformas otorgan fama y dinero a quien sepa capitalizar la atención, Karely Ruiz es un ejemplo claro de cómo el negocio del deseo, manejado con inteligencia, puede volverse una industria personal millonaria.

    Y aunque muchos la miran con prejuicio, ella sigue respondiendo con una sonrisa, una cámara en mano y una frase que ya se volvió marca registrada: “Échenle ganas. Y soporten”.

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