Madre e hija mueren en un trágico incendio que destruyó su casa en San Rafael

Una tragedia sacudió al sur mendocino en la madrugada de este domingo. En una vivienda ubicada sobre calle Bombal al 565, en pleno casco urbano de San Rafael, dos mujeres perdieron la vida a raíz de un voraz incendio que consumió por completo el hogar donde residían desde hace años.

La primera alarma se dio alrededor de las 6:30, cuando una vecina percibió el humo denso que comenzaba a salir por las ventanas, escuchó los ladridos insistentes de unos perros y, poco después, los gritos desesperados que provenían del interior de la casa. De inmediato llamó al 911.

Minutos más tarde, personal de la Comisaría 32° y dos dotaciones de Bomberos arribaron al lugar junto con una ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado. La escena era devastadora: llamas intensas, humo espeso y una estructura visiblemente comprometida. Los bomberos trabajaron a contrarreloj para sofocar el fuego y poder ingresar, sabiendo que había personas atrapadas dentro.

Cuando finalmente lograron entrar, la realidad fue desgarradora. En uno de los ambientes hallaron sin vida a Consuelo García, una mujer de 95 años que, según las primeras pericias, habría fallecido por asfixia. En otra habitación, los rescatistas encontraron el cuerpo completamente calcinado de su hija, Mónica Leonor Martínez, de 63 años, quien padecía una parálisis cerebral severa y se encontraba postrada.

La consternación se apoderó rápidamente del barrio. Vecinos, conmocionados, relataron que madre e hija vivían juntas desde siempre, que se las veía poco pero que eran queridas en la zona. “Doña Consuelo era una señora muy educada, siempre saludaba desde la vereda. Y cuidaba con mucha dedicación a su hija”, comentó entre lágrimas una vecina que prefirió no dar su nombre.

Ahora, la Oficina Fiscal de San Rafael y peritos de la Policía Científica intentan determinar las causas del siniestro. No se descarta que una falla eléctrica haya desencadenado el fuego, aunque no hay confirmación oficial hasta el momento.

Mientras tanto, la comunidad sanrafaelina lamenta profundamente esta pérdida, un hecho que vuelve a poner en foco la vulnerabilidad de personas mayores que conviven con familiares con discapacidad, muchas veces sin la infraestructura adecuada ni el acompañamiento necesario para prevenir tragedias de esta magnitud.

El fuego no sólo arrasó con una casa; arrasó también con una historia de vida compartida, de cuidados, de amor en la adversidad. Y dejó una herida difícil de cerrar.