Siguen activas las salidas transitorias para el femicida de una nena de cinco años en Maipú y crece la indignación en Mendoza

    A pesar de haber sido condenado a prisión perpetua por el abuso y asesinato de una niña de cinco años en Maipú, Maximiliano Ferreyra Bazán sigue accediendo a salidas transitorias desde la Granja Penal de Gustavo André. La audiencia para revisar ese beneficio fue suspendida y crece la indignación social ante la falta de respuestas por parte de la Justicia.

    Provinciales24/04/2025 Expreso Mendoza

    Por estos días, un caso estremecedor que parecía haber quedado en la memoria más oscura de la provincia vuelve a encender la bronca y la impotencia de una sociedad que aún no encuentra explicaciones. Se trata de Maximiliano Gustavo Ferreyra Bazán, el hombre que fue condenado a prisión perpetua por abusar y asesinar a Patricia Rodríguez, una nena de apenas cinco años, en Maipú, a fines de 1994. A pesar de la magnitud del crimen y de la condena que pesa sobre él, Ferreyra continúa accediendo a salidas transitorias, lo que desató una fuerte reacción pública y una nueva revisión judicial.

    Este martes por la tarde debía realizarse una audiencia clave solicitada por el Ministerio Público Fiscal, con el objetivo de revisar ese beneficio penitenciario. Sin embargo, la instancia fue suspendida. El juez Eduardo Martearena, quien estaba designado para tomar una decisión, se inhibió de actuar en el expediente, por lo que ahora será necesario reprogramar la audiencia con otro magistrado penal. Mientras tanto, las salidas transitorias siguen activas.

    Ferreyra Bazán tiene hoy 54 años y lleva más de tres décadas en prisión. A lo largo de ese tiempo estuvo alojado en los principales penales de la provincia: Boulogne Sur Mer, Almafuerte, San Felipe y actualmente en la Granja Penal de Gustavo André, en Lavalle. Fue en este último establecimiento donde, bajo régimen de progresividad, comenzó a gozar de salidas periódicas, un beneficio que, según la Fiscalía, no debería aplicarse en su caso.

    El crimen que lo llevó a la cárcel ocurrió el 13 de noviembre de 1994. Ese día, Patricia Rodríguez fue vista por última vez cuando salía de su casa en Rodeo del Medio. Horas después, su cuerpo apareció sin vida. La autopsia confirmó que la niña había sido abusada sexualmente y luego asesinada. La conmoción fue total y el caso marcó un antes y un después en la historia criminal de Mendoza.

    Ferreyra fue detenido pocos días después, y en 1995 recibió la condena a prisión perpetua. Desde entonces, su caso ha tenido escasa visibilidad pública, hasta que se conoció en las últimas semanas que el hombre estaba saliendo de la cárcel con permisos judiciales.

    El Ministerio Público ha expresado su preocupación, entendiendo que se trata de un caso donde el beneficio no se justifica ni desde lo legal ni desde lo ético. Por eso solicitó que se revocaran esas salidas. La audiencia era clave para esa revisión, pero la inhibición del juez Martearena obligó a que todo vuelva a fojas cero.

    La familia de la víctima, que en su momento fue acompañada por toda una comunidad en el pedido de justicia, hoy vuelve a cargar con el peso de un sistema judicial que, según denuncian, parece más preocupado por la “resocialización” del asesino que por el dolor de quienes lo padecieron.

    El debate no es nuevo, pero se reactualiza con cada caso. ¿Deben quienes cometen delitos aberrantes como el abuso y asesinato de una niña tener beneficios como salidas transitorias? ¿Qué lugar ocupa la memoria de las víctimas en la toma de decisiones judiciales? Mientras esas preguntas siguen sin respuestas claras, Ferreyra continúa saliendo de la cárcel. Y la herida, para muchos mendocinos, vuelve a abrirse.

    Te puede interesar
    Lo más visto