Luciana Salazar enfrenta a Martín Redrado en una nueva batalla judicial por la manutención de su hija

    La modelo volvió a apuntar públicamente contra el economista, a quien acusa de incumplir con las obligaciones pactadas para la crianza de Matilda. Aunque Redrado asegura estar al día, Salazar denuncia maniobras legales para evitar figurar como deudor y reclama por el impacto emocional que la disputa genera en su hija.

    Nacionales26/04/2025 Expreso Mendoza

    Luciana Salazar y Martín Redrado volvieron a quedar en el centro de la escena mediática, en una pelea que ya lleva años pero que ahora suma nuevos capítulos cargados de tensión y reproches. Esta vez, la modelo acusó al economista de utilizar maniobras legales para eludir sus responsabilidades económicas con Matilda, su hija de siete años, a quien Redrado se había comprometido a acompañar tanto emocional como económicamente.

    Todo comenzó a agitarse nuevamente cuando Salazar explotó en sus redes sociales tras ver una publicación en la que Redrado celebraba no figurar en el registro de deudores alimentarios. Indignada, Luli no tardó en responder con dureza: “Este reverendo HDP sigue mintiendo. No estás en el registro porque pusiste un seguro de caución, pero eso no significa que estés pagando”. Con esta frase lapidaria, Salazar expuso una estrategia legal que, si bien es legítima, deja a la vista un vacío ético y un dolor personal profundo.

    Según la modelo, Redrado recurrió a un seguro de caución —una especie de pagaré— que le permite evitar embargos y sanciones mientras sigue adeudando el dinero pactado para la crianza de Matilda. Aunque la Justicia civil de familia ya había ordenado el embargo de algunas cuentas del economista, esta herramienta le permitió esquivar temporalmente las consecuencias más graves del incumplimiento.

    La historia entre ellos es larga y compleja. En 2017, ambos firmaron un acuerdo ante escribano donde Redrado asumía obligaciones hacia Matilda. Sin embargo, tras el fin de la relación, el vínculo se deterioró y, según Salazar, hace ya tres años que Redrado incumple con su parte del compromiso.

    La situación, más allá del cruce mediático, tiene un trasfondo doloroso. Luciana no oculta su preocupación por el impacto emocional que toda esta exposición pública tiene en Matilda, quien —según relata su madre— siente el vacío de una figura que alguna vez prometió estar presente. El conflicto ya no es solo legal o económico: también se volvió una herida emocional abierta.

    En medio de este escándalo, queda flotando una reflexión más amplia sobre las herramientas legales que permiten que, incluso con acuerdos firmados y causas judiciales en marcha, se pueda dilatar el cumplimiento de las responsabilidades hacia los hijos. Una vez más, el sistema muestra sus grietas, mientras quienes más deberían ser protegidos, como Matilda, quedan atrapados en medio de batallas de adultos.

    La historia entre Salazar y Redrado, que parecía ya una página pasada, vuelve a mostrar que aún quedan cuentas pendientes, tanto en los tribunales como en la vida real.

     

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