Violento asalto en Guaymallén deja a padre e hijo atados y despojados de sus pertenencias

    Mientras cenaban en su casa de San José, padre e hijo fueron sorprendidos por al menos cuatro delincuentes armados que los redujeron, los ataron y les robaron dinero, celulares, ropa y electrodomésticos. La Policía investiga, pero aún no hay detenidos.

    Provinciales15/05/2025 Expreso Mendoza
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    Un nuevo hecho de inseguridad golpea a Guaymallén y vuelve a encender las alarmas entre los vecinos. En la noche del miércoles, un hombre de 71 años y su hijo de 46 fueron víctimas de un violento asalto dentro de su propia casa, ubicada sobre la calle Videla Correa, en la zona de San José. Todo ocurrió cerca de las 23:30, cuando la familia se disponía a cenar.

    Según contaron las víctimas a la policía, en ese momento irrumpieron al menos cuatro delincuentes armados que, sin mediar palabra, los redujeron a punta de pistola. Bajo amenazas de muerte, los obligaron a tirarse al piso y luego los ataron con sábanas en una de las habitaciones. La situación fue extremadamente violenta y angustiante.

    Los ladrones actuaron con rapidez y se llevaron todo lo que pudieron: electrodomésticos, zapatillas, ropa, celulares y más de 200 mil pesos en efectivo. Luego escaparon del lugar, aunque no está claro si lo hicieron a pie o en algún vehículo, ya que los damnificados seguían atados y encerrados cuando eso ocurrió.

    Una vez que lograron desatarse, padre e hijo llamaron al 911. Personal de investigaciones se hizo presente en la casa, aunque el trabajo de Policía Científica se complicó: la escena del crimen había sido alterada, ya que los dueños intentaron revisar qué cosas les habían robado antes de que llegaran los peritos.

    El caso quedó en manos de la fiscalía de robos y hurtos. Por ahora no hay detenidos ni pistas firmes sobre los asaltantes.

    Este tipo de hechos, que parecen multiplicarse en el Gran Mendoza, refuerzan el sentimiento de vulnerabilidad en la comunidad. Para muchos vecinos, el miedo ya es parte de la rutina y la sensación de estar desprotegidos se profundiza cada vez que cae la noche.

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