Pareja de jubilados pierde todos sus ahorros tras millonaria estafa en General Alvear

Una vez más, la vulnerabilidad de los adultos mayores quedó expuesta en Mendoza. Esta vez, en General Alvear, una pareja de jubilados sufrió una millonaria estafa que no solo los dejó sin sus ahorros, sino que también provocó que uno de ellos se descompensara tras el engaño. El hecho ocurrió en el barrio Pellegrini, y ha encendido las alarmas entre vecinos y autoridades.

Todo comenzó con una llamada telefónica a la línea fija del hogar, una modalidad que sigue vigente entre los estafadores pese a las campañas de prevención. Del otro lado del teléfono, una voz que imitaba a su hija les pidió que prepararan los dólares que tenían guardados, ya que, según explicó, alguien de confianza pasaría a retirarlos de manera urgente. La supuesta urgencia y la voz familiar bastaron para convencer a la pareja.

Minutos después, un hombre vestido con ropa oscura y capucha se presentó en la casa. Los jubilados, sin dudar, le entregaron lo que habían logrado reunir a lo largo de su vida: 10.000 dólares y 2 millones de pesos. Fue recién cuando el supuesto emisario se fue que comenzaron a sospechar, y la angustia hizo estragos. Uno de los ancianos se descompensó y debió ser asistido por personal médico del Hospital Enfermeros Argentinos. La policía también intervino en el lugar, pero, como ocurre en muchos de estos casos, los delincuentes ya se habían esfumado.

Aunque parezca increíble, este tipo de estafas sigue ocurriendo con frecuencia. En el último año, General Alvear ha registrado varios casos similares. En julio pasado, la policía local desbarató una banda que había cometido al menos tres fraudes idénticos, siempre apuntando a adultos mayores. Utilizaban las mismas estrategias: llamadas simulando ser hijos, nietos o personal bancario, y una urgencia inventada que empujaba a las víctimas a entregar el dinero sin tiempo para reflexionar.

Las autoridades han reiterado su pedido de colaboración a la comunidad para prevenir estas situaciones. El consejo es siempre el mismo, pero vale repetirlo: desconfiar de cualquier llamado que implique entregar dinero o datos personales. Ante cualquier duda, cortar la comunicación y contactar de inmediato al familiar en cuestión o llamar al 911.

En paralelo, se está trabajando en nuevas estrategias de concientización, especialmente dirigidas a las personas mayores, quienes por su buena fe y falta de experiencia con estas maniobras suelen ser los blancos más fáciles.

El dolor de esta pareja de jubilados, que confiaron ciegamente en lo que creyeron era una ayuda familiar, se suma a una lista creciente de víctimas. Más allá del dinero, lo que se pierde en estos casos es la tranquilidad y la confianza, algo que cuesta mucho más recuperar.