Francos niega en el Congreso cualquier vínculo de Milei con la criptomoneda Libra

    En medio del escándalo por la criptomoneda $Libra, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue interpelado en la Cámara de Diputados y aseguró que el presidente Javier Milei no tuvo relación alguna con el proyecto ni con sus impulsores. La oposición pidió explicaciones y denunció un posible encubrimiento.

    Nacionales29/04/2025 Expreso Mendoza

    Guillermo Francos llegó este martes al Congreso con un objetivo claro: despegar al presidente Javier Milei del escándalo que sacude al país desde hace semanas. En el recinto de la Cámara de Diputados, el jefe de Gabinete fue enfático: “El presidente no mantiene ni mantuvo ningún vínculo con el proyecto Libertad ni con la criptomoneda $Libra”.

    La frase no cayó del aire. La interpelación a Francos fue impulsada por la oposición a raíz del llamado “criptogate”, una trama que comenzó en febrero cuando Milei, a través de sus redes sociales, elogió el lanzamiento de la moneda digital $Libra. La historia, sin embargo, se tornó rápidamente en pesadilla: tras el pico de atención generado por el presidente, el valor de la moneda se desplomó, dejando un tendal de damnificados que hoy reclaman explicaciones y justicia.

    Francos, en una defensa calculada, repitió que las cuestiones vinculadas al criptoactivo no forman parte de actos de gobierno. Negó cualquier tipo de relación institucional o personal entre Milei y los responsables del proyecto, aunque admitió que el presidente efectivamente se reunió con Julian Peh, de Kip Protocol, y Hayden Mark Davies, de Kelsier Ventures, impulsores de la criptomoneda. También reconoció un encuentro con Mauricio Novelli, señalado como presunto intermediario.

    Pese a esas admisiones, el jefe de Gabinete insistió: “No hay vínculo alguno entre el presidente y ese proyecto”. Lo que en otras circunstancias habría sido considerado una contradicción, Francos lo presentó como un dato anecdótico dentro del mundo político-empresarial que rodea al poder.

    La tensión en el recinto creció cuando los bloques opositores pidieron explicaciones más concretas. Preguntaron por qué no se presentó documentación oficial sobre las reuniones, por qué no participaron otros ministros clave en la interpelación, y cuestionaron si el gobierno no estaba, al menos, políticamente comprometido con una iniciativa que terminó en una presunta estafa.

    Francos, con tono calmo pero firme, se defendió diciendo que no aportaría “novedades” porque el caso ya está siendo investigado por la justicia. Acusó a la oposición de usar el tema para montar “un show político”. Desde el bloque oficialista lo aplaudieron. Desde la oposición, lo chicanearon.

    Más allá del ida y vuelta parlamentario, el caso sigue escalando. La justicia argentina avanza con denuncias penales, mientras que en el exterior, agencias como el FBI también han iniciado averiguaciones debido a la posible afectación de ciudadanos estadounidenses. El Congreso, por su parte, aprobó la conformación de una comisión especial para investigar el rol del Ejecutivo en el escándalo.

    Lo que está en juego no es solo la transparencia de un proyecto financiero alternativo, sino la credibilidad del gobierno en un contexto económico delicado. El mensaje de Francos busca cerrar filas y contener el daño. Pero la historia del “criptogate” aún no ha escrito su capítulo final.

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