Condujo ebrio sin licencia, volcó con su hijo y terminó con heridas en Costanera

    Un hombre de 38 años perdió el control de su camioneta en la madrugada del 1 de mayo y volcó en pleno centro de Mendoza. Viajaba con su hijo de 10 años, ambos resultaron heridos. El conductor no tenía licencia, el seguro estaba vencido y el test de alcoholemia arrojó un nivel cuatro veces superior al permitido.

    Provinciales02/05/2025 Expreso Mendoza

    En plena madrugada del Día del Trabajador, un violento accidente sacudió una de las esquinas más transitadas de la Ciudad de Mendoza. Pasadas las 2 de la mañana del miércoles 1 de mayo, una camioneta Volkswagen Amarok terminó completamente volcada sobre Costanera, a metros del cruce con calle Maipú. Dentro del vehículo viajaban un hombre de 38 años y su hijo de apenas 10, ambos resultaron heridos. Pero lo más alarmante no fue el estado del vehículo, sino el contexto en el que se produjo el siniestro.

    El conductor circulaba en dirección sur por el carril central de Costanera cuando, por causas que aún se investigan pero que apuntan a una clara negligencia, perdió el control del rodado al cruzar Maipú. La camioneta se desvió bruscamente hacia el lado oeste de la calzada, impactó contra el cordón y terminó volcada, con las ruedas hacia arriba.

    Cuando llegó la policía al lugar, lo que parecía otro accidente vial más tomó un giro preocupante: el test de alcoholemia realizado al conductor arrojó un resultado de 2,44 gramos por litro de alcohol en sangre. Es decir, más de cuatro veces por encima del límite permitido por la ley. Además, el hombre no contaba con licencia de conducir y el seguro del vehículo estaba vencido, lo que agrava aún más la situación legal en la que quedó involucrado.

    A pesar de estos datos, la fiscalía interviniente no ordenó su aprehensión, aunque sí se activaron los protocolos del Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) para evaluar el entorno y la situación del menor, quien quedó al resguardo tras el hecho. Tanto el padre como el niño sufrieron politraumatismos, pero se negaron a ser trasladados a un centro asistencial.

    Mientras los bomberos trabajaban para retirar el vehículo siniestrado y liberar el tránsito, otro conductor fue sorprendido intentando pasar por la zona del accidente sin respetar el desvío. También manejaba ebrio y fue detenido en el lugar. Su dosaje de alcohol fue incluso superior: 2,55 gramos por litro.

    El accidente dejó más que un vehículo destruido: expuso con crudeza las consecuencias de la irresponsabilidad al volante. Conducir bajo los efectos del alcohol, sin licencia y con un menor a bordo, es una combinación tan temeraria como inadmisible. Una vez más, queda en evidencia la necesidad de controles más estrictos y, sobre todo, de una mayor conciencia ciudadana para evitar que historias como esta se repitan.

    Te puede interesar
    Lo más visto