Una mujer manejaba ebria en Ciudad y cayó con su camioneta a una acequia

    Tenía casi 2 gramos de alcohol en sangre cuando perdió el control de su camioneta y terminó en una acequia en plena Ciudad de Mendoza. Fue asistida por la Policía y personal de tránsito. Milagrosamente, no sufrió heridas.

    Provinciales03/05/2025 Expreso Mendoza

    Una camioneta Toyota Hilux terminó en una acequia durante la madrugada del sábado en la Ciudad de Mendoza, en un nuevo episodio de imprudencia al volante que, por fortuna, no terminó en tragedia. La conductora, una mujer de 34 años, manejaba completamente alcoholizada cuando perdió el control del vehículo y cayó en seco en la intersección de las calles San Francisco de Asís y Las Tipas.

    El hecho ocurrió pasadas la una de la madrugada y fue alertado por un llamado al 911. Al llegar al lugar, los agentes de la Policía se encontraron con la camioneta incrustada en la acequia y, en su interior, a la mujer, que no presentaba lesiones de gravedad. Al ser asistida, ella misma explicó que pensó que la calle continuaba recta y por eso no giró. El error de cálculo, agravado por su estado, bastó para terminar con la Toyota bajo tierra.

    Minutos más tarde, personal de Tránsito de la Municipalidad de Capital le practicó el test de alcoholemia, que arrojó un resultado impactante: 1,88 gramos de alcohol por litro de sangre. Es decir, casi cuatro veces el límite permitido por la legislación vigente.

    Aunque no hubo heridos, el caso vuelve a poner sobre la mesa una problemática que crece en Mendoza: el consumo de alcohol al volante. No es un hecho aislado. En febrero del año pasado, una mujer en Luján cayó con su auto en una acequia y, al intentar rescatarlo con una camioneta, también la terminó empantanando en el mismo lugar. Días después, en Guaymallén, otro conductor en estado de ebriedad protagonizó una escena similar a bordo de otra Hilux.

    Estos casos se repiten, a veces con consecuencias fatales. Esta vez no hubo heridos, pero la escena vuelve a confirmar que la mezcla entre alcohol y conducción sigue siendo una bomba de tiempo. La sensación de impunidad, la falsa confianza al volante y la falta de conciencia siguen llevando a conductores a poner en riesgo no solo su vida, sino también la de quienes los rodean.

    Con cada nuevo caso, la pregunta se vuelve inevitable: ¿qué más hace falta para que dejemos de naturalizar que manejar borracho es solo una imprudencia menor?

    Te puede interesar
    Lo más visto