La angustiosa búsqueda de Franco Outeda en Las Heras sigue sin respuestas

Franco Outeda salió de una casa en Las Heras la madrugada del sábado y no volvió. Desde ese momento, su familia vive una angustia creciente y desesperada. No hay rastro de él. No hay testigos. No hay pistas firmes. Solo una imagen, la última: un hombre de 32 años, bajando la calle Boulogne Sur Mer, cerca del Parque de la Niñez, vestido con un buzo celeste de Argentina, una campera verde oliva y zapatillas negras. Luego, nada.

La situación comenzó a tomar forma en una vivienda del barrio Jardín del Challao. Allí, Franco estaba con su suegro. Algo sucedió, aunque todavía no está claro qué. Según relató su pareja, el joven se retiró de la casa alrededor de las 5 de la mañana y desde entonces no volvió a ser visto. La incertidumbre se transformó en angustia, y luego en desesperación.

La denuncia fue radicada en una Oficina Fiscal de la zona y la causa quedó en manos de la fiscal de Homicidios Claudia Alejandra Ríos, quien dispuso un amplio operativo de búsqueda. Se analizaron cámaras de seguridad, se entrevistó a personas del entorno y se realizaron rastrillajes por el sector. Todo, hasta ahora, sin resultados.

El lunes, familiares, amigos y vecinos realizaron una manifestación pacífica en la zona del Parque de la Niñez. Llevaban carteles con su foto y un mensaje claro: “¿Dónde está Franco?”. Quieren que se intensifique la búsqueda, que no se diluya con el paso de los días. Sienten que el tiempo corre y que cada hora sin novedades agranda el abismo de lo desconocido.

Franco Outeda mide 1,68 metros, tiene el cabello castaño claro, piel clara, un piercing y una cicatriz en la ceja izquierda. Lleva tatuajes en brazos y espalda. La última vez que fue visto, vestía ropa deportiva. Su imagen ya circula en redes sociales, sobre todo en Facebook, donde su entorno ha iniciado una campaña para pedir ayuda y mantener el caso en la agenda pública.

Hasta el cierre de este lunes por la noche, no había ningún dato certero sobre su paradero. Tampoco una hipótesis firme. La investigación continúa, pero el silencio pesa más que cualquier palabra. Y mientras tanto, una familia espera, entre la bronca y el dolor, alguna señal que los saque de la pesadilla.