Un "viudo negro" lo contactó por Tinder, lo drogó, le robó y ahora está en coma tras una caída trágica

Un nuevo y desgarrador caso de “viudo negro” sacude a la localidad bonaerense de San Martín. Esta vez, la víctima es un hombre que conoció a su victimario a través de la aplicación de citas Tinder, y hoy pelea por su vida en un hospital, en coma inducido, luego de ser drogado, robado y sufrir una grave caída mientras intentaba buscar ayuda.

Todo comenzó como suele suceder en estos casos: con una conversación en línea que se fue tornando más frecuente y cercana. Durante varios días, la víctima intercambió mensajes con quien parecía ser un hombre amable e interesado en conocerlo. Finalmente, ambos acordaron verse cara a cara, y fue el propio damnificado quien lo invitó a su domicilio. Hasta ahí, nada hacía prever lo que estaba a punto de suceder.

Ya dentro de la casa, y en medio de lo que parecía un encuentro amistoso, el atacante aprovechó un descuido para colocarle una sustancia en la bebida. Minutos después, la víctima perdió el conocimiento. Con el camino libre, el agresor llamó a tres cómplices que rápidamente ingresaron al domicilio y se llevaron todo lo que pudieron: electrodomésticos, dinero, objetos de valor. Luego, huyeron sin dejar rastros.

El hombre no despertó hasta el día siguiente. Aturdido, desorientado y todavía bajo los efectos de la droga, comenzó a recorrer su casa y fue entonces cuando notó que había sido víctima de un robo. En un estado de nerviosismo y desesperación, intentó bajar las escaleras rápidamente para buscar ayuda, pero resbaló y cayó de forma violenta. El golpe fue tan severo que le provocó un edema cerebral y tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital, donde permanece en estado crítico.

Fuentes médicas confirmaron que su cuadro es delicado y que se encuentra en coma inducido, mientras su familia espera noticias en medio de la angustia. La Policía, en tanto, ya trabaja en el caso y analiza las cámaras de seguridad del barrio para intentar dar con los responsables. Por el momento, no hay detenidos.

Este tipo de hechos, lamentablemente, se repite con frecuencia creciente en el conurbano bonaerense y en distintas ciudades del país. Los delincuentes utilizan aplicaciones como Tinder para seducir a sus víctimas, establecer una relación de confianza y luego actuar con frialdad y precisión quirúrgica: drogan, roban y desaparecen. Algunas veces, como en este caso, el desenlace puede ser trágico.

En los últimos meses se registraron varios episodios similares. En Palermo, por ejemplo, una mujer contactó a un hombre mayor, lo drogó con una pastilla disuelta en su vaso, lo robó y desapareció sin dejar huellas. Lo mismo ocurrió en San Isidro, donde una joven de 21 años fue detenida tras asaltar a un hombre de 63 años con ayuda de dos cómplices.

Las autoridades insisten en extremar las precauciones al usar plataformas de citas. Recomiendan no compartir domicilios particulares en los primeros encuentros, elegir lugares públicos y siempre informar a alguien cercano sobre los detalles de la cita. Aunque estos consejos pueden parecer obvios, la realidad demuestra que muchas veces la confianza, el deseo de compañía o simplemente la necesidad de creer en el otro abren la puerta a hechos como este.

Mientras tanto, la víctima lucha por sobrevivir. Y la historia, como tantas otras, se suma a una larga lista de advertencias que, pese a todo, siguen sin ser suficientes.