Lizy Tagliani responde con fuerza a las acusaciones y defiende su honor

Lizy Tagliani está atravesando uno de los momentos más difíciles de su carrera y de su vida personal. En los últimos días, se vio envuelta en una escandalosa acusación que lanzó públicamente la periodista Viviana Canosa, quien afirmó tener pruebas que vincularían a la conductora con una red de trata de personas, junto a otros famosos. Lejos de quedarse callada, Lizy salió al cruce con un descargo contundente y aseguró que llevará el caso hasta las últimas consecuencias.

“No voy a parar hasta que se sepa la verdad”, dijo con firmeza. Visiblemente dolida, pero decidida a defender su nombre, Tagliani negó de forma tajante cualquier vínculo con los delitos que se le imputan. “Nunca en mi vida toqué a un menor. Jamás pasó algo así”, repitió en varias entrevistas y publicaciones. De inmediato, inició acciones legales contra Canosa por calumnias e injurias.

Lo que más la afecta, dice, es el daño personal que estas acusaciones pueden causar. Lizy se encuentra actualmente en proceso de adopción y teme que esta situación perjudique ese sueño que viene construyendo desde hace tiempo. “¿Sabés lo que significa que digas esto justo ahora? Un juez, psicólogos, asistentes sociales… todos ellos me evaluaron antes de darme la tenencia de un nene. ¿Y vos, que decís tener información tan grave, te callaste hasta ahora?”, se preguntó indignada. Y luego agregó: “Tendrías que haber hecho la denuncia el primer día que llevé la solicitud para adoptar”.

A pesar del cimbronazo, Lizy no está sola. Telefe, canal en el que trabaja y donde conduce “La Peña de Morfi”, le brindó su respaldo y decidió acompañarla mientras se resuelve judicialmente la situación. Es un gesto que contrasta con decisiones anteriores del canal frente a otras figuras mediáticas bajo sospecha, y que, para Lizy, representa un fuerte sostén emocional.

Pero la conductora no piensa quedarse sólo con la contención de su entorno. Está decidida a ir hasta las últimas instancias, incluso internacionales, si fuera necesario. “Si la justicia argentina no me da una respuesta, voy a ir hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos. No se puede acusar así, porque sí, sin pruebas, solo para hacer daño”, aseguró.

Lo cierto es que, más allá del espectáculo mediático que rodea este episodio, Lizy Tagliani se planta desde un lugar humano, con una mezcla de tristeza, enojo y dignidad. Su defensa no es solo legal: es también emocional, social y pública. Porque lo que está en juego, más que su carrera, es su integridad, su historia de vida y el vínculo con el hijo que eligió criar con amor.

Mientras tanto, la sociedad mira con atención. Algunos con morbo, otros con empatía. Pero lo cierto es que, en medio del ruido, Lizy elige responder con la verdad y con la frente en alto. Y lo deja claro: “Voy a llegar hasta donde tenga que llegar”.