El salario mínimo en Argentina cayó por debajo del nivel de 2001 y expone la profundidad de la crisis laboral

    El salario mínimo real en Argentina registró una caída del 32% entre noviembre de 2023 y abril de 2025, ubicándose por debajo del nivel de 2001, antes del colapso de la convertibilidad. Esta pérdida de poder adquisitivo, combinada con la destrucción de más de 180.000 empleos formales, revela la profunda crisis laboral que atraviesa el país, marcada por una inflación elevada y un contexto económico complejo.

    Nacionales28/05/2025 Expreso Mendoza
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    Un informe reciente elaborado por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), organismo dependiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Conicet, reveló un dato alarmante: entre noviembre de 2023 y abril de 2025, el salario mínimo real en Argentina se desplomó un 32%. Lo más impactante es que, ajustado por inflación, el poder adquisitivo de ese ingreso básico se encuentra hoy por debajo del que tenía en 2001, justo antes del estallido de la convertibilidad.

    La caída del salario no es un dato aislado. Atraviesa el corazón de la economía cotidiana y afecta de manera directa a millones de trabajadores que intentan sostenerse en un contexto de inflación persistente, contracción del empleo y deterioro de la actividad económica. El informe, coordinado por los economistas Roxana Maurizio y Luis Beccaria, da cuenta de un proceso que se profundizó desde diciembre de 2023, cuando el Gobierno nacional aplicó una devaluación histórica y desreguló precios clave.

    En ese mes, el salario mínimo real se contrajo un 15% de manera abrupta. La situación se agravó aún más en enero de 2024, con otra caída del 17%. A pesar de algunos meses donde el aumento nominal del salario acompañó la inflación y pareció detener la sangría, la tendencia fue irreversible. Junio marcó una nueva baja del 4,4%, y entre agosto y noviembre del año pasado se sucedieron otros descensos.

    La cifra final del 32% de pérdida real entre noviembre de 2023 y abril de este año expone con crudeza el retroceso que han sufrido los ingresos más bajos. Pero además, el estudio advierte que si se lo compara con el punto más alto de la serie, registrado en septiembre de 2011, el salario mínimo ha perdido el 62% de su poder adquisitivo.

    El informe también se detiene en otro dato preocupante: en paralelo a la licuación del salario, se destruyeron más de 180.000 empleos formales. La pérdida ha sido desigual según el sector, pero el balance es negativo en todas las áreas. En febrero de 2025, por ejemplo, el empleo asalariado formal cayó un 1,8% respecto de noviembre del año anterior, y un 0,8% en la comparación interanual.

    El sector público y el empleo en casas particulares mostraron las mayores bajas, mientras que el sector privado tuvo una recuperación parcial. Sin embargo, entre noviembre de 2023 y febrero de 2025, también perdió 108.000 empleos formales.

    En ese mismo mes, el salario promedio nominal para un trabajador registrado en el sector privado fue de 1.569.990 pesos, pero la mediana —el punto medio entre los que más ganan y los que menos— quedó en 1.229.900 pesos. El número es elocuente si se tiene en cuenta que la inflación acumulada en el mismo período superó holgadamente el 300%.

    Este panorama laboral y salarial dibuja una realidad que ya no se esconde en los números fríos de los informes técnicos: alcanza con salir a la calle o escuchar cualquier conversación cotidiana para advertir que el poder de compra se ha evaporado.

    Para quienes vivieron la crisis de comienzos de siglo, el dato de que el salario mínimo actual vale menos que en 2001 funciona como un triste espejo retrovisor. Para los más jóvenes, en cambio, se transforma en una experiencia concreta de deterioro y vulnerabilidad. Una señal clara de que, más allá de los discursos y las promesas de estabilización, la recuperación aún no toca la puerta del trabajador argentino.

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