Una trágica caída en moto enluta a San Rafael

    Ricardo Camus, un hombre oriundo de Malargüe, murió este sábado tras perder el control de su moto en una calle de tierra en San Rafael. La presencia de arena suelta en la calzada habría sido clave en el accidente, que ocurrió sin intervención de terceros.

    Provinciales08/06/2025 Expreso Mendoza
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    La tarde del sábado se tiñó de tragedia en el sur mendocino. Un hombre perdió la vida tras accidentarse con su moto en una calle de tierra en San Rafael, en un episodio que, aunque breve en su desarrollo, dejó un profundo impacto entre vecinos y autoridades.

    Ricardo Camus, oriundo de Malargüe, viajaba solo por calle San Francisco cuando, por causas que aún no están del todo claras, perdió el control de su moto Honda. Fue una caída seca, brutal, que no dio margen a la esperanza. Según informaron fuentes policiales, todo indica que la presencia de una capa de arena suelta sobre la calzada habría sido determinante: un error mínimo al maniobrar sobre ese terreno inestable bastó para convertir un viaje más en el último.

    La motocicleta avanzaba de este a oeste, y fue a unos 200 metros de la intersección con calle Bertani donde el destino se torció. Testigos contaron que no hubo ningún otro vehículo involucrado, y eso quedó respaldado por los primeros informes de la Policía y personal de Científica que trabajaron en el lugar. La ambulancia llegó con rapidez, pero los médicos no pudieron hacer nada: Camus ya no tenía signos vitales.

    No se trataba de un joven imprudente ni de una carrera a alta velocidad. Era un hombre común, sobre una moto, en una calle con poco tránsito, de esas que abundan en los barrios más alejados del centro. Pero esas mismas calles, con su superficie de tierra mal mantenida, sin señalización adecuada ni trabajo vial constante, son terreno fértil para este tipo de desenlaces.

    La noticia se diseminó rápido por redes sociales y medios locales. No fue sólo el dolor por la pérdida, sino también la sensación de abandono: una vez más, una vida se apaga en una calle donde el mantenimiento brilla por su ausencia. Las autoridades, como ocurre en estos casos, tomaron nota y prometieron investigar. Aunque se sabe que la arena no tiene intenciones ni culpa, lo cierto es que el estado de muchas arterias rurales o semiurbanas de San Rafael es peligroso. Y cuando se combina con un vehículo liviano, como una moto, el riesgo se multiplica.

    En Malargüe, sus allegados aún intentan entender cómo un día cualquiera se convirtió en el último para Ricardo. Mientras tanto, en San Rafael, queda flotando la pregunta de siempre: ¿cuántas tragedias más hacen falta para que las condiciones de nuestras calles dejen de ser una amenaza latente?

     

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