El Vaticano fija el 7 de mayo para elegir al sucesor del Papa Francisco

Los cardenales electores comenzarán el cónclave el próximo 7 de mayo en la Capilla Sixtina, que ya fue cerrada al público. Con 134 purpurados habilitados para votar, el mundo católico espera con expectativa quién será el nuevo líder de la Iglesia tras la muerte de Francisco.

Mundo29/04/2025 Expreso Mendoza

El Vaticano se encuentra nuevamente en el centro de la atención mundial. Este lunes por la mañana, los cardenales reunidos en Roma decidieron que el cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco comenzará el próximo 7 de mayo. La determinación fue tomada por unanimidad durante la quinta congregación general, en la que participaron tanto los cardenales electores —es decir, los menores de 80 años— como los más veteranos.

Como parte del ritual que precede a cada elección papal, la Capilla Sixtina cerró sus puertas al público ese mismo día. En su interior ya comenzaron los trabajos de acondicionamiento: se instalará la tradicional estufa que quemará las papeletas de cada votación y que, a través del humo blanco o negro, anunciará al mundo si hay o no nuevo pontífice.

Serán 134 los cardenales habilitados para votar. A ellos les corresponde una tarea inmensa: elegir a quien conducirá los destinos de la Iglesia Católica en una época marcada por desafíos profundos, tanto internos como externos. La muerte del Papa Francisco ha dejado no solo un vacío espiritual y político, sino también una Iglesia dividida entre corrientes progresistas y sectores conservadores que han chocado abiertamente durante los últimos años.

El ambiente, aunque solemne, está cargado de tensiones. Algunos prelados ya comienzan a dar pistas sobre qué tipo de liderazgo buscarán. El cardenal Jean-Claude Hollerich, de Luxemburgo, expresó su deseo de que el nuevo papa sea un “unificador”, alguien capaz de escuchar, dialogar y contener las diferencias que sacuden al catolicismo. Una figura que, como Francisco en sus mejores momentos, pueda volver a poner a la Iglesia en sintonía con el mundo.

En esa línea, aparecen nombres como el del italiano Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, muy cercano al perfil pastoral de Francisco. También resuena el nombre del cardenal filipino Luis Antonio Tagle, conocido como “el Francisco asiático”, actual prefecto del Dicasterio para la Evangelización y de gran llegada a las comunidades más jóvenes.

El proceso será cerrado, confidencial y completamente deliberativo. No se conoce el tiempo exacto que durará el cónclave: podrían ser apenas unos días o extenderse más si los cardenales no logran un consenso rápido. Lo que sí está claro es que el mundo entero estará pendiente de cada indicio, de cada humo, de cada gesto.

En medio de este clima de expectativa también se produjeron novedades. El cardenal italiano Angelo Becciu, condenado por corrupción en 2023, anunció que no participará en la elección. A través de una carta, explicó que su decisión obedece al deseo de preservar la “serenidad y unidad de la Iglesia”, aunque en los pasillos del Vaticano la interpretación dominante es que su presencia hubiera generado incomodidad en un momento que requiere máxima integridad institucional.

La elección del nuevo Papa llega en una coyuntura crítica, con América Latina atravesada por crisis sociales, Europa sacudida por conflictos identitarios, África clamando por mayor atención pastoral y Asia con una Iglesia en crecimiento pero aún en busca de mayor representación. La figura que emerja del cónclave no solo deberá ser un guía espiritual, sino también un hábil conductor político y diplomático, capaz de tender puentes y de renovar el mensaje católico en un mundo cada vez más escéptico.

El humo blanco, cuando llegue, no será solo el anuncio de un nuevo nombre. Será, para muchos, una esperanza de renovación. Y también una señal: la de una Iglesia que, pese a todo, sigue buscando caminos para decirle algo relevante al siglo XXI.

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