Incendio en un jardín maternal de San Martín bajo sospecha de ataque intencional

Un incendio de grandes proporciones generó conmoción en el barrio Ferrisi de San Martín durante la madrugada del sábado. Las llamas consumieron parte del Jardín Maternal Municipal N° 154 “Junto a Mamita”, un espacio educativo que da contención a decenas de familias de la zona. El fuego comenzó en un sector de depósito y, aunque pudo ser contenido antes de alcanzar las aulas y las casas vecinas, el daño material fue considerable y el temor, enorme.

Los primeros en advertir el siniestro fueron los propios vecinos, que no dudaron en intervenir con mangueras y baldes para contener el avance del fuego mientras esperaban la llegada de los bomberos. La imagen fue la de una comunidad movilizada, desesperada por salvar un espacio que sienten como propio.

Aunque las causas del incendio aún no están confirmadas oficialmente, la principal hipótesis que manejan las autoridades es inquietante: se trataría de un hecho intencional. Algunos indicios apuntan a que desconocidos habrían intentado ingresar a robar, y al no encontrar elementos de valor, decidieron prender fuego el lugar. No es la primera vez que el jardín sufre hechos de inseguridad; ya ha sido blanco de robos anteriores, lo que refuerza la teoría de un ataque premeditado.

El caso se suma a una serie de episodios similares ocurridos en los últimos años en la provincia, donde jardines maternales y espacios comunitarios han sido blanco de vandalismo o directamente destruidos por fuego. En Godoy Cruz, por ejemplo, el Jardín Arco Iris fue arrasado por un incendio tras un robo en 2016. Más recientemente, en Maipú, otro jardín vinculado a una asociación civil fue incendiado en el marco de una disputa entre bandas delictivas.

Frente a estos antecedentes, la comunidad educativa de San Martín no oculta su preocupación. Docentes, padres y vecinos exigen respuestas concretas y mayor seguridad. El jardín no sólo cumple una función pedagógica, sino que representa un pilar de contención social en una zona con muchas necesidades.

Por ahora, las pericias intentan determinar con precisión cómo se originó el fuego y si efectivamente hubo intencionalidad. Mientras tanto, los gestos de solidaridad comienzan a multiplicarse: vecinos que ofrecen ayuda, donaciones y voluntarios que se acercan a colaborar con la limpieza y el reacondicionamiento del espacio.

Una vez más, un hecho violento golpea a una institución educativa que debería ser sagrada. El barrio Ferrisi espera justicia, pero sobre todo, espera no tener que volver a pasar por una noche como esta.