Buenos Aires bajo el agua en una de las peores inundaciones de los últimos años

    Más de mil personas fueron evacuadas en distintos puntos del norte bonaerense tras un temporal que dejó barrios enteros anegados, rutas cortadas y ciudades colapsadas. Zárate, Campana y San Antonio de Areco se encuentran entre las más afectadas, mientras rige una alerta roja por lluvias extremas.

    Nacionales17/05/2025 Expreso Mendoza
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    La provincia de Buenos Aires vive horas dramáticas por el feroz temporal que no da tregua desde hace más de 24 horas. Con una intensidad inédita, la lluvia ha dejado ya más de mil evacuados, rutas cortadas, calles completamente anegadas y barrios enteros bajo el agua. El Servicio Meteorológico Nacional emitió una alerta roja por lluvias intensas y posibles inundaciones, y el panorama, lejos de mejorar, podría agravarse con el correr de las horas.

    Zárate y Campana son, hasta el momento, los distritos más golpeados. En Zárate, en tan solo un día cayó el equivalente a tres meses de agua: 330 milímetros. La ciudad colapsó. Familias enteras debieron dejar sus hogares de forma urgente, muchos con lo puesto. El intendente Marcelo Matzkin convocó al Comité de Crisis, suspendió toda actividad oficial y advirtió que la situación “es crítica”. Incluso, se ordenó el corte total de la Ruta 9 a la altura del kilómetro 113 por anegamiento total. Las imágenes que circulan por redes sociales y medios muestran un paisaje desolador: autos flotando, viviendas inundadas hasta el techo y vecinos intentando salir con niños en brazos.

    La situación no es muy distinta en otros puntos del norte bonaerense. Exaltación de la Cruz, San Antonio de Areco, Arrecifes, Chacabuco, Salto y General Rodríguez también sufren graves anegamientos. En Campana, la crecida de los arroyos y la saturación del sistema de desagües dejaron barrios enteros intransitables. Los equipos de Defensa Civil trabajan sin descanso, pero el agua avanza más rápido de lo que se la puede contener.

    El gobierno nacional desplegó recursos de emergencia para contener la catástrofe. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ordenó el envío de efectivos de la Agencia Federal de Emergencias y la Armada Argentina fue movilizada para asistir con vehículos anfibios y rescate en zonas inaccesibles. También colaboran bomberos, policía, personal de salud y voluntarios. En total, hasta el momento, más de 1.000 personas han sido evacuadas en toda la provincia.

    Lo que más preocupa ahora es que el pronóstico no es alentador. Las lluvias continuarán al menos hasta la madrugada del domingo, y se estima que en algunas zonas el acumulado podría superar los 350 milímetros. Las autoridades piden a la población evitar circular por las calles, no intentar atravesar zonas inundadas y mantenerse atentos a los avisos oficiales.

    Una vez más, este tipo de eventos deja al descubierto las falencias estructurales de muchas localidades bonaerenses. El colapso de sistemas de desagüe, la falta de obras de contención y el crecimiento urbano desordenado hacen que cada lluvia fuerte se convierta en una tragedia anunciada. El cambio climático, por su parte, potencia estos eventos extremos, que ya no son excepcionales, sino cada vez más frecuentes.

    Mientras tanto, cientos de familias pasan la noche en centros de evacuación, intentando sobrellevar el miedo, la pérdida y la incertidumbre. El temporal no cesa. Y la angustia, tampoco.

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