El cardenal Cipriani en el centro de la polémica por denuncias de abuso sexual y su participación en el cónclave

El cardenal peruano Juan Luis Cipriani, sancionado por el Vaticano debido a denuncias de abuso sexual, ha generado controversia al ser visto participando en las reuniones previas al cónclave. Su presencia en estos actos ha desatado críticas sobre la coherencia de la Iglesia en su lucha contra el abuso y la transparencia en la selección de sus líderes.

Mundo30/04/2025 Expreso Mendoza

El cardenal Juan Luis Cipriani, obispo de Lima, se encuentra en medio de una polémica que ha captado la atención internacional. A pesar de enfrentar sanciones por una denuncia de abuso sexual, el cardenal ha sido visto participando activamente en las reuniones previas al cónclave en Roma, donde se elegirá al próximo papa. Esta situación ha levantado fuertes críticas y preocupaciones, tanto dentro como fuera del Vaticano, sobre la coherencia de permitir que un cardenal sancionado por el Papa participe en un evento tan significativo.

Las sanciones contra Cipriani fueron impuestas por el propio Papa Francisco en 2019, tras la denuncia de abuso sexual que se remontaba a 1983. La medida incluía restricciones en su actividad pública y su uso de insignias, un intento por parte de la Iglesia de dar respuesta a las acusaciones sin recurrir a la expulsión. Sin embargo, Cipriani ha mantenido su inocencia, sosteniendo que no fue escuchado adecuadamente durante el proceso. Pese a esto, su nombre sigue siendo un tema sensible dentro de la comunidad católica y fuera de ella.

El hecho de que Cipriani se haya mantenido activo en los círculos vaticanos, incluso participando en la preparación del cónclave, ha causado indignación entre las organizaciones que luchan contra el abuso sexual. Estas organizaciones consideran incoherente que una persona que enfrenta sanciones papales por acusaciones tan graves continúe ejerciendo una influencia significativa dentro de la Iglesia. Además, exigen que el Vaticano implemente políticas más estrictas y claras en cuanto a la selección de cardenales, especialmente en un contexto tan relevante como la elección del próximo papa.

Dentro del Vaticano, la controversia también ha generado divisiones. Algunos defienden el derecho de Cipriani a seguir participando en los asuntos eclesiásticos, argumentando que las sanciones no lo inhabilitan completamente para cumplir con sus deberes, mientras que otros creen que su presencia en el cónclave es incompatible con los principios de transparencia y cero tolerancia que la Iglesia debería promover, especialmente en lo que respecta a casos de abuso.

Lo cierto es que este episodio refleja la continua lucha del Vaticano por abordar los casos de abuso sexual dentro de su institución. A medida que la Iglesia Católica sigue enfrentando estas acusaciones, las demandas de víctimas y defensores de la justicia aumentan. La participación del cardenal Cipriani en las reuniones previas al cónclave es un recordatorio de las profundas tensiones internas y de la necesidad urgente de reformar las políticas que rigen la selección y el comportamiento de los líderes eclesiásticos.

Mientras tanto, el mundo observa con atención cómo el Vaticano maneja esta situación, que podría ser un punto de inflexión en su respuesta a los abusos sexuales y en su intento por recuperar la confianza de la sociedad. En un momento en el que la Iglesia se prepara para elegir a un nuevo líder, las decisiones que tome sobre Cipriani y otros casos similares podrían definir el rumbo de su futuro.

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